Sarita es una niña de 3 años que casi no habla. Sus padres están preocupados porque no saben cómo ayudar a su hija para que aprenda a hablar.
Indagaron a qué edad debe hablar un niño y se dieron de cuenta de que su hija parece tener un retraso en la adquisición del lenguaje.
Tras preguntar a otros padres, a su médico y leer información por Internet se han dado cuenta de que algunas cosas que han hecho no ayudaron a su hija a que empezará a hablar.
Ahora que ha empezado el Parvulario ella no se siente bien y muchos días sus padres tienen que dejarla llorando.
Durante el recreo al no poder comunicar lo que le pasa elige aislarse (juega sola) y quedarse callada. Otras veces se enfada y pega a otros niños.
Ojalá, piensan sus padres, tuvieran una varita mágica que ayude a Sarita a hablar.
Aunque el caso de esta niña parece ser el de una nena con retraso o dificultades en la adquisición del lenguaje, Sara es una niña normal a la que le hizo falta un ambiente que la estimule a hablar.
Indagando en la historia de la nena los padres se dieron cuenta que hicieron algunas cosas que perjudicó a su niña:
- No hablarle para servirle de modelo y que ella les imite. Fue al revés. Ellos imitaban cómo hablaba Sarita, con lo que reforzaron un mala adquisición del lenguaje en la nena.
2. Pasados los 3 años la niña estaba casi todo el día con el chupete en la boca. Aunque la recomendación del médico fue de quitárselo antes de los 2 años para evitar mal formaciones en la boca y los dientes ellos dejaron que lo llevase consigo a todas partes. Eso la mantenía callada casi todo el tiempo.
3. No recuerdan haberle enseñado a aprender nuevas palabras a través de canciones, cuentos, conversaciones con ella.
4. La alimentaron con papillas y leche con cereales hasta casi los tres años. Perjudicando así el desarrollo de los músculos de la boca y la lengua que se consigue cuando los niños comienzan a comer sólidos y pasan de succionar a masticar.
No poder comunicarse impide a los niños relacionarse.
En la escuela se les hace difícil participar en los juegos y en las conversaciones. Son de esos niños que si hay algo que les molesta o se enfadan se callan y se aíslan porque carecen del lenguaje para hacerse entender.
Estimularles para que hablen es importante para que puedan regular su conducta. Aprender nuevas palabras nos ayudan a entendernos mejor y a entender a los demás.
Los pensamientos están formados por palabras. Cuantas más palabras conozcan para describir una situación, emoción, experiencia, etcétera, más posibilidades tendrán tus hijos de conocerse a sí mismos.
10 TRUCOS PARA ESTIMULAR A TU HIJO A QUE APRENDA A HABLAR
1. APROVECHA TODAS LAS OPORTUNIDADES QUE TENGAS PARA HABLAR CON TU HIJO
Si estás en el mercado, en la plaza, en el parque, en la consulta del médico… , descríbele qué se hace en esos lugares. No hace falta que esperes a que tu hijo hable para hablarle. Estas conversaciones las puedes tener incluso antes de que nazca. Los niños entre los 0 y 3 años absorben la información con una velocidad impresionante. Al hablarle, le estás estimulando para que hable. Cuando llegue el momento será capaz de utilizar el vocabulario que le enseñaste.
2. REFUERZA SU CURIOSIDAD Y SU INTENCIÓN COMUNICATIVA
Existe una etapa en la que capta tu atención señalando cosas. Aún no dice nada, o balbucea, pero lo cierto es que te está comunicando que eso que señala le llama la atención. Háblale de eso, explícale qué es, para qué sirve, qué color es…
3. ALARGA LAS FRASES
Cuando comienza a hablar por lo general dice solo las últimas sílabas. Cuando señala un plátano, por ejemplo, dirá «tano». No le imites y le digas «¿tano, tano? Alarga la frase: ¿quieres un plátano? Voy a prepararte un plátano. ¿Está rico el plátano, verdad?
4. APROVECHA LOS JUEGOS, CANCIONES, CUENTOS PARA ENSEÑARLE A HABLAR
La mejor manera de aprender es jugando. Cuando juegues conviértete en su compañera de juego. Juega con él o ella. No te quedes ahí como la que supervisa el juego. Participa, como una niña más. Canta canciones infantiles (elígelas bien, no enseñes canciones de adultos o con contenido inapropiado). Enséñale trabalenguas. Explícale cuentos y cuando comience a hablar pídele que te lo explique, eso le ayudará organizar la información.
5. DALE ÓRDENES SENCILLAS
No lo marees con palabras vacías. Cuando quieras que haga algo, díselo de la manera más sencilla. Eso le ayudará a centrarse en lo importante. «Ponte la chaqueta, cárgate la mochila, coge el agua, recoge tus juguetes…» Ni se te ocurra decirle «¿A qué hora piensa ponerte la chaqueta para salir? ¿Quién crees que te va a llevar la mochila?» Cuando se trate de órdenes sé lo más clara posible.
6. ELIMINA LOS RUIDOS DE FONDO CUANDO HABLES CON ÉL
Para los niños es más fácil concentrarse cuando no hay distracciones como la televisión de fondo, música, personas que están vociferando. Intenta hablar con él evitando que se distraiga con otros sonidos. Baja el volumen, llévale a un sitio más tranquilo si estás en la calle, etcétera.
7. MUESTRA INTERÉS POR LO QUE DICE Y AYÚDALE A EXPRESARSE
Presta atención a lo que quiere decir. Céntrate en su mensaje. No le corrijas a medida que hable, deja que termine lo que quiere decir y luego parafrasea (repetir su mensaje) lo que dijo para que tu hijo te imite.
8. APROVECHA LAS RUTINAS PARA ADQUIRIR VOCABULARIO
Cuando desayune, se duche, se vista…háblale de los colores de la ropa, de los nombres de cada prenda, de si lleva manga corta porque hace buen tiempo y es verano. Aprovecha cada día para añadir más vocabulario. Describe las cosas, las situaciones, los momentos del día, etcétera.
9. HAZLE PREGUNTAS
Cuando empiece a hablar hazle preguntas y dale tiempo para contestar. Anímale a hablar, a que dé su opinión, que reflexione en voz alta, que utilice el vocabulario que sabe para organizarse mentalmente.
10. INTRODUCE NUEVAS EXPERIENCIAS PARA APRENDER NUEVAS PALABRAS
Visita los museos, parques, zoológicos, espectáculos y aprovecha esas ocasiones para que aprenda un nuevo vocabulario y hable de sus emociones y experiencias.
Y por favor no caigas en la tentación de darle un teléfono móvil, una tablet, o algún artilugio que mantenga aislado a tu hijo. Aparte de no estimularle a hablar, puede que a la larga sea un adicto al móvil.
Podemos resumir los trucos en uno simple y poderoso: habla con él o ella siempre que puedas.
Cómo siempre, te invito a compartir este artículo para llegar a más mamás.
Y tú ¿sabías que se podía estimular a que hablen los niños desde pequeños y que eso les ayuda a regular su conducta, a pensar con claridad, y a planificar?
Te leo en los comentarios.
¡Un abrazo y feliz semana!
Deja una respuesta