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Hoy te hablo sobre 12 estrategias eficaces para mejorar tu relación con tu hijo adolescente y confíe en ti para contarte sus cosas.
La adolescencia es una etapa de cambios tanto para los adolescentes como para los padres ya que muchas de las técnicas que los padres solíamos utilizar cuando los niños eran pequeños ya no funcionan.
Los adolescentes necesitan que sus padres no les traten como niños pero a la vez necesitan el apoyo de sus padres.
Así pues es una etapa difícil que nos obliga a nosotras desarrollar estrategias para ayudarles a crecer a nuestros hijos y darles el apoyo que necesitan.
Las estrategias más adecuadas son las que promueven la autoestima, la comunicación, la resolución de conflictos y la responsabilidad personal.
Estas estrategias te permitirán mejorar la relación con tu hijo adolescente.
Uno de los cambios más profundos en la adolescencia es que los padres solemos pasar menos tiempo con ellos. Eso sucede porque los adolescentes están menos tiempo en casa ya que salen con amigos, tienen actividades extraescolares…
Y cuando están en casa normalmente se encierran en su habitación. Los adolescentes disfrutan de su privacidad. Necesitan ese espacio y tiempo privado para escuchar música, chatear, hacer deberes.
En esos periodos de privacidad no quieren sentirse vigilados. Quieren sentir que son independientes.
Esta necesidad de privacidad hace muy difícil para nosotras interactuar con nuestros hijos.
No obstante, tenemos que buscar maneras de cómo seguir manteniendo ese vínculo, pasar tiempo con nuestros hijos teniendo en cuenta que el tiempo que disponemos será limitado.
Estrategias para tener una mejor relación con tu hijo adolescente
1.Deja que tu hijo vea tu lado divertido
Tu hijo adolescente necesita padres pero no tienen porque ser unas figuras inflexibles y rígidas.
Así que te deja que tu hijo descubra esa parte divertida de ti, esa parte interesante.
Si te muestras tal como eres, tu hijo te conocerá más y puede que ambos descubran que tienen intereses en común.
Háblale de actividades que te parezcan interesantes y/o divertidas para él. Así tu hijo verá que tú eres una persona divertida e interesante aparte de ser madre.
Las actividades que comparto con mis hijas adolescentes son ir a la playa, ir a correr y a nadar. De hecho, ellas me enseñaron a nadar hace poco. Fue muy lindo para mí y les dije que las invitaría a desayunar porque me enseñaron y además me ayudaron a ahorrar el dinero que significaba ir a las clases de natación que tenía pensado este año.
Les gusta muchísimo también hacer karaoke. Vemos videos de YouTube y cantamos.
Hacemos salidas a la montaña, a los parques… Siempre teniendo en cuenta el tiempo que disponen ellas. Yo pregunto si le gustaría salir y ellas me dicen si sí o no porque han quedado con amigos.
Cuando llevan un tiempo que no salimos juntas, ellas buscan la manera de que hagamos cosas juntos en familia. El otro día mi hija me invitó a comer y tomar un helado. Aprovechamos para hablar sobre sus expectativas de la universidad y cositas que le preocupan. Fue un día muy bello.
Yo intento que ellas decidan si quieren pasar tiempo con la familia o con los amigos dejando claro que si deciden ir con sus amistades yo no tengo porque sentirme mal. Al contrario, ellas tienen derecho a disfrutar de su tiempo libre.
2.Desarrolla intereses en común
Un adolescente al que le gusta básquetbol por ejemplo le encanta hablar sobre su deporte favorito, su equipo favorito con sus padres. A aquel al que le gusta la pintura, la creatividad le encanta hablar con sus padres acerca de la historia del arte y los diferentes pintores y tendencias.
Aunque los intereses que tiene tu hijo no sean de tu interés, interésate. Muestra interés por aquello que le gusta a tu hijo. Utiliza ese interés para poder hablar con tu hijo sobre aquello que le gusta. Esos son temas de conversación muy significativos para él o ella.
Por ejemplo a mi hija mayor le encanta la fotografía y todo lo que esté relacionado con la fotografía. Ella busca los momentos para enseñarte las fotos que le encantan, los videos que le encantan. A nosotros nos encanta que nos enseñe todo lo que le gusta y es un motivo para hablar porque ella te va enseñando lo que sabe de fotografía, desde que perspectiva sacaron una foto, cómo grabaron ese vídeo, quienes son sus referentes en grabación, etcétera.
A mi otra hija le encanta la moda, el maquillaje y ella nos va enseñando los diseñadores que le gustan, las pasarelas, todo lo que a ella le interesa y nos lo quiere enseñar. Nosotros solemos estar muy atentos a lo que le gusta y cuando queremos conversar sabemos cuáles son los temas que le gustan y así la conocemos más, sabemos qué piensa, cómo se siente.
Así con ambas podemos compartir más momentos y podemos conocerlas no solamente como hijas sino como personas que se van haciendo adultas.
3. Dale espacio a tu hijo
Dale su espacio para que ellos tengan su privacidad. A veces ellos no están de humor para hablar y quieren estar solos. Eso no quiere decir que no no quieren hablar contigo. Recuerda que esa necesidad de privacidad forma parte de la adolescencia. Así que dale su espacio y no te sientas ofendida por si ellos no quieren hablar contigo cuando tú quieres hablar. Solo espera.
Estrategias para que tu hijo adolescente quiera hablar contigo
Los adolescentes aunque no te lo parezca todavía quieren hablar con sus padres pero no todo el tiempo.
La privacidad para muchos adolescentes es muy importante para convertirse en adultos. Así que muchos adolescentes no quieren explicar todo lo que les pasa en sus vidas. Eso no quiere decir que te escondan información, sino que ellos quieren sentirse más independientes.
Así que nosotras tenemos que adaptar nuestros métodos de comunicación y crear oportunidades para tener conversaciones significativas que nos permita leer entre líneas qué es lo que está pasando en la vida de nuestros hijos sin acosarlos con preguntas.
4.Escucha muy atentamente
Los adolescentes a menudo se quejan de que sus padres no los escuchan. Para poder escuchar activamente a tu hijo asegúrate de que las conversaciones que tengas con tu hijo sean en un buen momento y que el entorno sea adecuado. No ruidos, ni distracciones como la televisión o el móvil en la mano.
Cuando hables con él centra toda tu atención hacia él y asegúrate que él está centrado en ti.
Cuando tu hijo habla, escucha y para que la conversación sea agradable para él repite los puntos principales que está diciendo tu hijo. Es como hacer un resumen de lo que ha dicho. No de lo que tú interpretas. Por ejemplo si te explica que está molesto porque lo castigaron en el colegio sin motivo, tú puedes decirle «Entiendo que estás molesto porque tu profesor te ha castigado sin motivo ¿es así?» y esperas que siga hablando.
Puedes también expresar tu empatía y decirle «Debe ser muy frustrante que te castiguen sin que te lo merezcas, ¿verdad?».
Con tu escucha activa tu hijo tiene que percibir que es escuchado. Escucha. Asiente mientras habla. Mírale a los ojos. Hazle preguntas si hace falta con la intención de que sea él mismo quien encuentre la solución a su problema. Los adolescentes odian que se les diga lo que tienen que hacer. Solo necesitan ser escuchados.
Al final de la conversación pregúntale a tu hijo si hay algo más de lo que le gustaría hablar haciendo referencia a la conversación que mantuvieron.
Pregúntale las siguientes semanas qué tal va con el tema que le preocupaba. Cómo lo está manejando y cómo se siente ahora al recordarle la conversación. Con eso demuestras que estás escuchando a tu hijo y que lo que te dijo te importa y te importa lo que le pasa.
5. Empatiza con tu hijo
Empatiza con tu hijo. Todos, incluso los adolescentes, necesitan que sean empáticos con ellos.
Tener empatía significa escuchar sin juzgar y conectar a nivel emocional con tu hijo, ponerse en su lugar, pensar como adolescente. Por ejemplo, si tu hijo se queja sobre la forma en que lo trató su amigo, trata de no darle un sermón sobre cómo debería hacerse respetar o poner a su amigo en su lugar. Esos consejos no aliviarán su frustración. En su lugar escucha con atención, con una empatía, con una escucha compasiva.
Sintoniza con las emociones que está experimentando tu hijo, ponte en su lugar. Imagínate tú cómo estarías si tuvieras un conflicto en el trabajo y cuando quieres que alguien te escuche en lugar de escucharte no paran de darte consejos. No dejan que saques lo que llevas dentro. Seguro que acabarías sintiéndote incomprendida.
En lugar de eso anímale a que comparta sus sentimientos, escúchalo empáticamente y ayúdale a reflexionar sobre las posibles soluciones intentando que las soluciones salgan de él mismo con un poco de ayuda por tu parte si es necesario.
Conversa con tu hijo adolescente para saber qué pasa en su mundo
Hablar con un adolescente es extremadamente satisfactorio porque es un intercambio de ideas, de pensamientos, de observaciones sobre como percibe su realidad. Si tu hijo te busca para hablar aunque sea un momentito o muy de vez en cuando sobre sus cosas quiere decir que estás haciendo un buen trabajo como madre.
Nosotras podemos utilizar esas conversaciones también para saber si todo va bien en la vida fuera de casa o tenemos que prestar atención por si necesita ayuda.
6. Evitar dar consejos
Desgraciadamente creemos como madres que dándoles la charla de cómo hacíamos nosotras las cosas y cómo las deberían hacer ellos está bien y no es así. A los adolescentes no les gusta escuchar como eran las cosas antes y cómo deberían hacerse ahora y cuando tú entras en ese modo conferencia tu hijo desconecta. Así que evita dar el sermón.
7.No te muestres como la que tiene todas las respuestas
No actúes como si tuvieras toda la respuestas. Pregúntale a tu hijo cuáles son sus ideas sobre cómo manejar las situaciones que le preocupan. Eso demuestra que nosotras valoramos lo que ellos piensan. Es muy importante que él sienta que es capaz de solucionar sus problemas. Que sientan que tienen estrategias y maneras de salir adelante. Al solucionar sus problemas gestiona sus emociones y entrena su capacidad de toma de decisiones.
8.Mantén tus críticas para ti
Mientras tu hijo habla contigo y comparte sus experiencias, sus sentimientos, sus pensamientos evita criticar o juzgar lo que siente. Quédate con lo que te está explicando. Los juicios de lo que está mal o bien no te ayudan a generar una situación de comunicación en la que él se sienta cómodo.
9. Deja hablar a tu hijo hasta que acabe
Es posible que a tu hijo le tome unos minutos decir lo que realmente tiene en mente y necesita tiempo para estructurar o para buscar la manera en cómo decirlo. No te muestres ansiosa. No le hagas muchas preguntas, sino sencillamente escucha.
10.Respeta el punto de vista de tu hijo
Muestra respeto por cómo piensa tu hijo incluso cuando no estás de acuerdo con él. Tu hijo no tiene que pensar como tú o tú tienes que pensar como tu hijo. Sencillamente entiende que tu hijo está creciendo y tiene derecho a pensar lo que piensa y a sentir lo que siente sin sentirse juzgado ni sentirse cohibido. Vigila la manera en cómo le miras, la postura corporal, tus gestos mientras escuchas lo que te dice, sobre todo cuando te dice cosas que te incomodan. Relájate y escucha. Lo más importante es que tu hijo se sienta cómodo al hablar contigo.
11. Desarrolla intereses comunes para pasar tiempo juntos
Busca intereses y pasatiempos en común. Eso te facilita para pasar tiempo juntos haciendo actividades que a ambos les satisface y les gusta. Tener un interés común, un interés compartido es una fuente maravillosa para tener conversaciones importantes con tu hijo.
12. Dile a tu hijo los momentos en los que estás disponible para hablar con él o ella
Aunque nosotras queremos estar al cien por cien por nuestros hijos, para hablar con ellos en el momento que a ellos les vaya bien, está bien que ellos sepan cuáles son los momentos en los que nosotras podemos sentarnos a hablar con ellos. Si ellos no saben en qué momento nos pueden hablar se sienten muy ansiosos por qué no saben en qué momento hablar, cómo comenzar.
Así que diles en qué momentos puede hablar contigo si le hace falta. Eso no quiere decir que esperes a que sea él quien te busque. Recuerda que tú tienes que generar espacios y momentos de comunicación.
Hazle saber que si necesita hablar contigo urgentemente puede llamarte a tu trabajo, o a tu móvil.
Sobre todo que no tenga la sensación de que molesta sino de que estás dispuesta a escucharlo.
Pues hasta aquí el post de hoy y ya sabes lo más importante es tu opinión ¿Qué es lo que más te cuesta con tu hijo adolescente?
Muy interesante…muchisimas gracias. Tratare de poner en practica con mi hija.
Hola Milly, gracias por comentar. Espero que los consejos te sean de ayuda cuando tu nena empiece la adolescencia. ¡Un abrazo!
Muchas gracias por los puntos, es importante tomarlo en cuenta para tener una comunicación mas estrecha con nuestros hijos
Espero que te sirvan Erika.
¡Un abrazo!
Muy interesante cada punto. Me gustaria que consideres agregar un punto sobre el ejemplo. Si una madre o padre solteros viven de fiesta, son irresponsables con las necesidades basicas de sus hijos como higiene y alimentos, llegan tarde a casa etc. Como piden un buen comportamiento de sus hijos.
Hola Sofía,
muy acertada tu mención sobre el ejemplo de los padres. Creo que merece un podcast entero para comentarlo. Me lo apunto.
Un abrazo,
Ruth
Hola Sofía, no sabes cuanto me has ayudado. La verdad que la mayoría de las veces cuando tengo problemas con mi hija de 15 años no se que hacer ni que decir pero con estos consejos me siento más segura de lo que debo hacer y de lo que no debí hacer. Bueno nunca es tarde para aprender. Un brazo y muchas gracias.
De nada, gracias a ti por compartir tu experiencia como mamá. Y como dices, nunca es tarde para ser la mejor versión de mamá. Un abrazo enorme.
Ruth