
No te ha pasado que una vez pasadas las fiestas de fin de año te resulta lejano, o más bien dicho, te parece inalcanzable cumplir tus propósitos de este nuevo año porque ya estas inmerso en la rutina. A mi me pasa, y no quiero que me pase.
El artículo de hoy habla sobre las estrategias que podemos poner en marcha para poder cumplir nuestros propósitos para este año. Porque quizás no es que no tengamos el inmenso deseo de cumplir nuestras metas sino que no sabemos cómo.
Primero que nada, hay que ser muy consciente de que si quieres llevar a cabo cambios en tu vida, da igual si son pequeños o grandes, necesitarás estar en forma, tanto mental como física.
Y no es broma. Si quieres perder peso, hacer más deporte, estudiar, pasar más tiempo con tus hijos, cambiar de amistades, encontrar el amor de tu vida...tendrás que aprender cómo generar la energía que necesitas para acometer todos tus planes. Sin esa energía vital, mental y física, todo se hará más pesado, más inalcanzable y te dará la impresión de que no puedes hacerlo porque eres incapaz cuando en realidad lo que pasa es que no te has dado cuenta de que necesitas generar primero la energía necesaria, la gasolina que te ayudará a ponerte en marcha.
Las estrategias que compartiré contigo seguro que la has leído o escuchado millones de veces y que lo sabes igual que yo que son importantes para generar esa energía que te falta. Pero como dicen por ahí, lo importante no es saberlo sino hacerlo.
Así que te ánimo a que empieces con un trabajo de hormiguita, pequeños cambios, casi imperceptibles, que no te supondrán un gran esfuerzo pero que a la larga producirán un cambio en tu nivel de energía mental y físico.
Empezamos.
Las estrategias son:
1. Beber más agua
Lo sé, sé que ya lo sabes pero aún así todavía no bebes los 2 litros mínimo al día para poder eliminar las toxinas de tu cuerpo. Sé que sabes que el agua te renueva pero aún así no acabas de tomarte más de 2 vasos al día o ni eso. Lo que creo que pasa es que no es que no quieras beber agua sino que no te lo pones fácil. Así es. Resulta muy complicado si encima de que no tienes la costumbre de beber agua tienes que llevar el bendito agua arriba y abajo para bebértelo. Pues eso es lo que hay que cambiar. La estrategia que te propongo es repartir por los rincones donde sueles estar ( en el sofá, en la mesita de noche, en tu escritorio, en tu taquilla del trabajo…) una botellita de agua, medio litro bastará. Y proponerte de que cada vez que te la encuentres beberás poco a poco. Así no tienes que andar con el agua arriba y abajo. Y justificarte al final de que no bebiste porque te olvidaste el agua.
2. Come sano, equilibrado y lento.
Esto también lo sabes.¿ Y que pasa? Que no hacemos ni caso. La estrategia requiere un poco más de esfuerzo y constancia para que sea fácil de cumplir y es que tendrás que invertir un poco de tiempo por la mañana o bien por la noche para preparar tu comida. No valen las excusas de que no tengo tiempo porque salgo pitando, etc. Ya vale de excusas sobre una de las cosas más importantes de tu vida, la alimentación. Intuyó al respecto que quizás no le dedicamos el tiempo que se merece a nuestra alimentación porque nos hemos auto convencido de que si se puede ganar tiempo para hacer otras cosas es del tiempo que dedicamos a preparar la comida.¿ Qué comemos hoy en día y cómo lo hacemos? Una comida lo menos complicada posible para zamparnosla en un dos por tres. Créeme, no comerás bien hasta que no le otorgues la importancia, el tiempo y espacio que se merece. Tú te lo mereces. Aliméntate sano, come lento. Come sin la sensación de que estas perdiendo el tiempo porque no es así.
3. Dormir entre 6 y 8 horas
Otra que nos suena mucho pero que cada vez cuesta más llevarla a cabo porque siempre hay un millón de cosas por hacer, o por ver ( televisión, Facebook, Instagram, etc.). El descanso es vital. Descansar nos ayuda a reestructurar nuestra mente. Tras un descanso, pensamos mejor, vemos las cosas de otra manera. De una manera más positiva si quieres. Al contrario, si no descansamos estamos más irritables, con menos ganas de hacer cosas, lo cual afectaría a la consecución de nuestros objetivos. Nuestro cansancio también tiene su repercusión en nuestro estado de ánimo porque vemos las cosas desde una perspectiva desganada, sin brillo, sin ilusión…tal como nos sentimos. La estrategia que te recomiendo seguro que te la sabes pero te la recuerdo: desconecta. Si, lo que has leído, desconecta de la televisión, de internet, del teléfono, y de todo aquello que hace que tu cerebro esté alerta. Facilítate las cosas poniéndote un mismo horario para ir a dormir y previamente, unos 30 minutos antes desconecta de cualquier estímulo tecnológico. Crea un ambiente relajado, baja las luces y baja también el tono de voz. Crear este tipo de ambiente ayuda mucho a los niños ya que fisiológicamente su cuerpo al recibir pocos estímulos esta mejor preparado para descansar. No pasa lo mismo si tenemos a nuestro hijos enchufados al ordenador, al móvil, y les mandamos a dormir y no quieren o no pueden porque están tan sobre estimulados que les cuesta coger sueño. Así qué desconecta.
4. Hacer deporte
Otra de las grandes tareas pendientes. ¿Cuál es el error? Que queremos hacerlo bien y a lo grande. Me explico. Nos hacemos una rutina como para participar en un campeonato o algo parecido, nos compramos la equipación necesaria: bambas, mallas de deporte, nos apuntamos al gimnasio y todo lo necesario para hacer deporte como Dios manda y ¿qué pasa? Nos machacamos un par de días y lo dejamos creyendo que somos incapaces de cumplir o que no nos gusta el deporte. Prueba con esta estrategia: empezar haciendo 10 minutos al día de algún deporte que te guste. Si no te gusta correr, no vayas. No sirve de nada. Si lo haces de mal humor no te hace bien. Seguro que encuentras otras maneras de hacer deporte. Cualquier deporte es mejor que nada. Puedes hacerlo en tu propia casa siguiendo la infinidad de clases dirigidas de workout que hay en Youtube. Si te gusta estar con gente puedes apuntarte a algún equipo de básquet, fútbol, voleibol, petancas…la cuestión es que te guste. También sirve como deporte bailar. Apúntate a clases de salsa, tango, hip hop…te lo pasarás bien y estarás haciendo deporte.
5. Empezar el día con buen humor
Es difícil si tienes problemas y sientes que tienes todo el derecho de estar enfadado/a , pero seguro que ya lo sabes: no sirve de nada. Todo lo contrario, cuanto peor humor tengas, tu entorno se pondrá a tono contigo. Y no hay que ser psicólogo para justificar el porqué. Las personas te tratan como tu las tratas. Así que aunque cueste un poco empieza el día con buen humor. Para facilitar ello usa alguna estrategia que te ayude a traer a la mente momentos agradables. Esos momentos traerán consigo emociones agradables, así será más fácil empezar el día con buen humor. Yo personalmente, tengo en mente una serie de anécdotas graciosas de mi familia y las recuerdo cuando quiero traer a la mente gratos momentos.
6. Acostarse con la sensación de haber dado lo mejor de ti
Irte a la cama sin remordimientos ni preocupaciones porque no sirve de nada. Ya sé que es difícil. Cuanto más tratamos de olvidar, con más fuerza nos viene a la mente aquello que queremos obviar. Esto pasa porque se produce un efecto psicológico que paradójicamente al querer olvidar y centrarnos en ello le estamos dando más importancia, por eso nos es difícil dejar de pensar en aquello que no queremos pensar. ¿ Cuál es la estrategia? pensar en otra cosa, sustituir esos pensamientos por otros, hacer otras cosas, sin buscar activamente no acordarte sino centrarte en la otra actividad. Si hay algo que tienes que solucionar ya lo harás al día siguiente. Ya llamarás a quien tienes que llamar. Ya harás aquello pendiente. Hasta que no llegue el momento de hacerlo déjalo en espera. Te ayudará también clasificar para luego solucionar los problemas en 3 tipos: los problemas que tiene solución, los que no la tienen y los problemas que no dependen de ti su solución. Si tienen solución, soluciónalo lo antes posible, así evitarás desperdiciar energía mental. Si no tienen solución, olvídalo. Si tu no puedes hacer nada por solucionarlo ya que no depende de ti, acéptalo.
7. Dar gracias por lo que tenemos
La mayoría de veces nos enfocamos en lo que no tenemos y nos olvidamos de lo que ya tenemos y disfrutamos. No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, hemos oído muchas veces decir. Y en cierta manera puede que sea verdad porque en los malos momentos nos acordamos de lo bien que vivíamos y lo que teníamos pero cosa curiosa en ese tiempo no lo percibíamos así. Dar gracias es recordarnos a nosotros mismos que disfrutamos de cosas, compañía, familia, oportunidades que en otro tiempo no teníamos y que a lo mejor son los objetivos cumplidos pero han dejado de tener importancia porque nos estamos centrando en lo que no tenemos. Dar gracias nos llena el alma de gratitud y nos prepara a esperar cosas mejores. Por el contrario, sentir que nos faltan cosas, personas, oportunidades…nos hacen sentir desgraciados. Víctimas de la vida que nos ultraja. Sentirnos así nos llena de rencor, odio, frustración, venganza…
8. Respirar bien
Otro factor clave para recargar nuestras energías. Respirar bien también nos ayuda a eliminar toxinas. Para que se haga un hábito elige momentos en los que puedes respirar y hazlo siempre en ese contexto y tiempo así será más fácil repetirlo. Por ejemplo, si vas en tu coche y estas detenido en un semáforo, aprovecha para realizar unas buenas respiraciones. Al levantarte de la cama, siéntate al borde de ella y haz unas buenas respiraciones, cuando estés en el sofá, disfrutando de tu serie favorita, aprovecha para hacer respiraciones.
9. Sonreír
Sonreir es uno de los gestos que despierta emociones positivas en la otra persona. De hecho, una persona que sonríe se le ilumina la cara y se ve mucho más guapa que cuando no lo hace. Fisiológicamente sonreír envía señales a nuestro cerebro de que las cosas van bien, por eso estamos sonriendo y no apretando los dientes, como cuando estamos nerviosos, tensos o estresados. Ambos tipos de señales fisiológicas inciden en la producción de cierto tipo de neurotransmisores que influyen en nuestro sistema inmunológico. Sonreír te ayuda a liberar endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad. Por el contrario, tener un semblante rígido y estresado también tiene su incidencia en nuestro sistema. De ahí que a partir de un periodo de estrés, nerviosismo…empezamos a sentir dolores de cabeza, de espalda, de cuello…
10. Ser optimista
Ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío. Algunos que se auto denominan realistas dirán que si, que es muy bonito pensar en positivo pero que la realidad no se cambia, es la que es. Pero puesto que nosotros construimos la realidad podemos verla como nosotros decidamos verla. La realidad es como nosotros la percibimos. Si percibes que estás en un entorno sin posibilidades, un entorno hostil, eso es lo que encontrarás porque es en eso en lo que estás poniendo tu atención. Por el contrario, si consideras que tu entorno pese a las características que tiene (tiempos de crisis) decides enfocarte en las oportunidades, al final las encontrarás porque estarás poniendo tu atención en ellas. Uno encuentra lo que busca. Por eso la mejor estrategia para mí es ver el vaso medio lleno.
11. Pasar más tiempo con las personas que quieres
No tenemos porque pasar horas y horas con personas que nos quitan el tiempo. Si alguien te hace sentir incómodo, no te gusta lo que hace, te hace sentir mal, te crítica no para ayudarte sino para destruirte… aléjate. Cambia de amigos, cambia de entorno. Busca gente que te ayude cada día a ser mejor persona. Lo complicado es si tenemos a estas personas chupa energía dentro de nuestra misma familia. Y digo chupa energías porque mentalmente te agotas al lado de estas personas que constantemente están quejándose, intentando manipularte, haciéndote sentir culpable…¿ qué hacemos en estos casos? Yo he optado por alejarme, y cuando tengo la ocasión de verlos no tengo en cuenta su manera de ser sino, simplemente, dejo que sean como quieren ser sin entrar en el juego que ellos quieren.
12. Hacer una buena obra
Ese sentimiento de haber hecho algo por alguien es maravilloso. Y no hay que esperar a tener mucho dinero para hacer las donaciones que pensamos hacer cuando podamos, ni viajar a ese país lejano como voluntario para cuidar niños, etc. Las pequeñas acciones y buenas obras las podemos hacer dentro de nuestro misma familia y trabajo. Cuando hacemos una buena obra, sobretodo a alguien que no se lo espera, se produce en ellos un efecto que en psicología se conoce como el efecto de reciprocidad. Esa persona estará dispuesta a ayudarte cuando lo necesites y muchas veces sin que se lo pidas te devolverá el gesto que tuviste con ella. Pues imagínate si en tu familia haces pequeñas cosas por los tuyos que ellos no esperan, cualquier momento ellos harán los mismo por ti. ¿ no es maravilloso?
Espero que te sirva de algo alguna de estas estrategias. Úsalas empezando en pequeña escala y muy pronto te aseguro que estos hábitos tan importantes para mantener un nivel de energía óptimo formarán parte de ti. A partir de aquí te será más fácil convertir tus deseos en realidad.
Facilitarte la vida depende de ti.
Deja una respuesta