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Una autoestima positiva es uno de los mejores regalos que puedes darle a tu hijo. Los niños con alta autoestima se sienten amados y competentes y se convierten en personas felices y productivas. Para ayudar a construir la autoimagen positiva de tu hijo, a medida que crece, ten en cuentas estas sencillas pero poderosas pautas que ayudarán a tu hijo a convertirse en una persona maravillosa.
1.Da opciones a tu hijo, entrénalo a elegir
No le des todo hecho.
Pregúntale qué prefiere, qué le gusta, qué no le gusta.
Al elegir se sienten tenidos en cuenta y luego están más dispuestos a cooperar.
No me refiero a que decida todo tu hijo, porque sería un error, ya que no tiene aún la madurez, ni la experiencia, ni información suficiente para decidir. Por eso, y para entrenarlo dentro de un entorno seguro, siempre que puedas, dale a elegir entre dos opciones adecuadas y pensadas con anterioridad por ti.
Tu hijo se acostumbrara a elegir dentro de un par o conjunto de opciones adecuadas.
¡Ambos salen ganando: tú lo guías sin imponerte y tu hijo se siente escuchado 😉 !
Por ejemplo, en el desayuno puedes preguntarle a tu hijo si prefiere plátano o manzana para llevarse la fruta al cole el día de la fruta. Si prefiere bocadillo de queso o jamón.
Al pedirle que tome decisiones simples mientras es pequeño, le estás preparando para las elecciones más difíciles que enfrentará a medida que crezca.
Durante el día a día, existen muchas situaciones que puedes aprovechar para que ayudes a tu hijo a sentirse valioso, facultado e importante como por ejemplo al:
- Elegir la ropa. Si es muy pequeño puede que elija mal. Un abrigo en un día en el que no hace frío. O una chaqueta muy delgada cuando hace un frío que pela. Sabrá elegir mejor a medida que tenga mayor conciencia de su temperatura corporal y la interpretación del tiempo. Pero mientras tanto puedes darle a elegir entre dos opciones pensadas por ti. Pregúntale si quiere ponerse el pantalón verde o azul, la camiseta blanca o la amarilla. Cuando tú le preguntas él siente que es tenido en cuenta y se acostumbra a la vez a decidir. Sentirse valioso e importante es básico para que desarrolle una buena autoestima.
Así mismo puedes preguntarle si quiere una ducha o un baño, si quiere salir al parque o jugar en casa, si quiere jugar a lego o quiere pintar, si quiere que le leas un su cuento favorito o uno nuevo, si prefiere ver unos dibujos animados o su película favorita…
Incluso si quiere comer una comida u otra. Evidentemente ambas opciones las decidirás tú con antelación.
Ni se te ocurra preguntarle qué quiere para cenar sin limitar a dos opciones porque puede que te pida pizza, pizza, pizza, o hamburguesa, hamburguesa, hamburguesa 😉 y aquí sí que tendrás un gran problema.
2. No hagas todo por él
Sé paciente y déjale resolver las cosas por sí mismo. Puede ser más rápido y más fácil vestir a tu niño que dejar que lo haga él mismo pero así pierde las oportunidades para desarrollar nuevas habilidades.
Cuantos más desafíos supere, más competente y seguro se sentirá.
Lo mismo a la hora de la comida, déjalo que coma solo, aunque lo haga poco a poco. Puedes trocear la comida al principio pero en cuanto pueda que lo haga él mismo.
Mi sobrino de siete meses el otro día lloraba cuando sentía que su mamá le acercaba la cuchara llena de puré, pero dejaba de llorar cuando le acercaba la cuchara primero a su mano para que él mismo se lo llevara a la boca con ayuda de su mamá. Todo era más lento pero muy satisfactorio para mi sobrino que acabó su comida sin llorar.
Tengo también dos sobrinas de 8 y 4 años y la pequeña es encantada de ayudarte en todo lo que hagas. Ten en cuenta que todo, en los primeros años de su vida, lo ven, tocan y hacen por primera vez y tienen muchísima curiosidad por hacer lo que tú haces. Quieren ayudarte a barrer. A fregar. A limpiar los cristales. A regar las plantas. Enséñales cómo se hace. No pierdas estas oportunidades para hacerles sentir que son capaces.
Quizás pienses que no tienes tiempo y paciencia para acompañar a tu hijo en sus aprendizajes diarios, pero sin duda, habrá valido la pena ver convertirse esa pequeña personita en una gran persona segura de sí misma, valiente, consciente de sus fortalezas y facultades.
Si prefieres tratar a tu hijo como muñeco de trapo, al cual hay que vestir y alimentar,
estás perdiendo una gran oportunidad para que aprendan nuevas habilidades como son las de agarrar, manipular, usar la fuerza de sus brazos, de la manos, de los dedos, entrenar su equilibrio, la coordinación ojo-mano, la orientación espacial además de una buena autoestima.
Estas habilidades son a la vez básicas para cuando ingrese a la escuela ya que le será más fácil pintar, dibujar y escribir con buena letra.
Si le dejas hacer las cosas por sí mismo todo será más lento pero sin duda valdrá la pena ya que la autoconfianza es básica para tener una buena autoestima.
Si eres de las mamás que todavía tratas a tu hijo de 3 años como un bebé y le das biberón, come solo pures, le llevas siempre en su cochecito, en las noches duerme con chupón, aún no le has enseñado a limpiarse el trasero, no le has enseñado a lavarse las manos… estás criando un hijo sin una pizca de autoconfianza.
Cuando vaya a la escuela verá como los otros niños son más hábiles al ponerse la chaqueta, los zapatos, al cargarse la mochila y tu hijo querrá imitarlos pero como no tendrá entrenadas sus habilidades motrices no podrá y se sentirá muy mal.
No en vano las maestras siempre recomiendan a las familias que den a sus hijos más autonomía para que haga sus cosas solo.
Ahora tampoco es plan de que le dejes solo y se convierta en un luchador por sobrevivir. Los retos tienen que ser un poco más difíciles que las habilidades que ya posee. ¿Verdad que no esperarías que un niño de un niño de 8 meses acabe su comida solo sin tu ayuda?
3. Hazle saber que nadie es perfecto
Dile a tu hijo que nadie es perfecto. Ni tú ni nadie. Explícale que tampoco nadie espera que lo sea. Explícale que todos cometemos errores y que equivocarse es normal y forma parte del aprendizaje.
Si se equivoca haciendo algo mal, corrígele y enséñale cómo se hace. No lo maltrates diciéndole que no sabe.
La forma en que reacciones ante los errores que comete tu hijo influirá en la manera en que tu hijo reaccionara en el futuro delante de sus errores cuando esté solo.
Si sabe que todos cometemos errores será un adulto con una buena autoestima. Si tiene la idea errónea de que no sabe nada y no es perfecto, por miedo a exponerse, evitará realizar nuevos aprendizajes o afrontar nuevos retos por miedo a no mostrarse capaz.
4. Elogia a tu hijo destacando los detalles
Los niños son expertos en detectar elogios poco sinceros o elogios sin fundamento.
Elogia a tu hijo con frecuencia, pero sé específica en tus cumplidos para que tus palabras no suenen vacías.
Por ejemplo, en lugar de reaccionar al último dibujo de tu hijo con un «Wow, eso es re-genial, eres el mejor artista del mundo», prueba algo como «Me gusta mucho cómo dibujaste a toda la familia, incluso incluiste detalles como la barba de papi «.
O en lugar de decirle “Eres el niño más listo e inteligente del mundo”, prueba algo como “Debes estar muy orgulloso de haber sacado tan buena calificación en el examen de matemáticas”.
Los elogios generales tipo “qué listo eres”, “qué niño más bueno” “qué bien lo has hecho”, “bravo” sin que añadas específicamente los detalles de su logro no les ayuda a reconocer sus fortalezas.
Este curso yo tengo a una nena que es muy tímida. En el patio juega muy poco. Se acerca a los demás niños/as silenciosamente y sigue el juego pero tratando de pasar desapercibida.
Yo a esta nena no puedo decirle qué bien que ha jugado, o felicitarla por haber hecho nuevos amigos, o felicitarla por haber ayudado a alguien o lo que sea porque no es cierto. Es una nena con muy baja autoestima.
En casa la tratan como a un bebé y tiene ¡5 años!
Cada día llega a la escuela en su cochecito como si fuese un bebé y como no está acostumbrada a caminar, su estabilidad y equilibrio es como de un niño de dos años.
En las noches duerme con chupón, que aquí en España le llaman chupete.
Imagino que la visten porque ella misma no sabe ponerse la chaqueta por sí sola y en la escuela le estamos enseñando. Cuando consigue ponerse la chaqueta sin ayuda yo le digo “Felicidades María, debes sentirte muy orgullosa porque ya sabes ponerte la chaqueta tú sola” y me devuelve una sonrisa enorme como respuesta.
Pues yo aprovecho las clases en pequeño grupo para hacerle ver que tiene fortalezas. Estamos trabajando la escritura y ella con esfuerzo va progresando. Un día le dije “María, has visto como has escrito tú sola mamá?, te felicito por tu interés en querer saber cómo se escribe mamá. Felicitate tú también. Yo cuando hago bien las cosas me digo a mí misma: tú si que vales, Ruth”.
En posteriores días al acabar otra sesión y felicitarla por la palabra que había escrito me miró ella y me dijo con una sonrisa “es que yo valgo, seño”.
5. Asígnale tareas domésticas apropiadas para su edad
Asígnale la responsabilidad de tareas tales como poner la mesa, lavar los platos, doblar la ropa, hacer su cama, limpiar y ordenar sus juguetes, pasear al perro… El realizar estas tareas son oportunidades que le servirán para aumentar sus sentimientos de competencia y reforzará sus habilidades de resolución de problemas.
En la escuela a los niños les encanta ser los encargados de tareas como pasar la lista, repartir los bocadillos, bajar la persiana, mirar el tiempo que hace, repartir el material…y como maestra veo como se les llena el pecho de orgullo y se les dibuja una gran sonrisa cuando reciben un gracias a su trabajo hecho.
Asignarle tareas son oportunidades para darle las gracias a tu hijo. Si te ayuda a lavar los platos dile “gracias por ayudarme a lavar los platos”. No pierdas estas oportunidades.
Inicia a tu niño en la ayuda de las tareas domésticas desde pequeño. Desde los 2 años con tu ayuda ya puede recoger sus juguetes, poner los cubiertos, llevar las servilletas a la mesa…
No seas como esas mamás que les hacen todo a sus hijos y cuando tienen unos 15 años esperan que sean más ordenados, que comiencen a ayudar en casa, que sean más atentos. No lo harán porque nunca han visto que tenían la necesidad.
6. No hagas comparaciones entre tus hijos
En su lugar, aprecia la individualidad y los dones especiales de cada uno.
No hay nada más doloroso para un niño que oír a sus padres decir “¿por qué no eres como fulanito?” “Eres la oveja negra de la familia” “¿de dónde habrás salido?” “nadie es como tú ¿qué te pasa?”
Cuando un niño oye estos comentarios, siente rabia porque sus padres no le aprecian. Siente que es un bueno para nada. Siente rabia, celos y envidia por aquel con quien le comparan. Así que evita comparar a tu hijo.
7. No uses el sarcasmo para reconducir la conducta de tu hijo
En lugar de decirle “Ay de verdad, qué listo eres hijo mío”, dile lo que quieres que haga.
No hace falta que indirectamente le digas que no es tan listo como creías. El mensaje indirecto para tu hijo es una agresión directa.
8. Nunca menosprecies los sentimientos de tu hijo
Cuando te enojes, tómate un breve descanso para no decir nada de lo que te puedas arrepentir luego. Si llora no le digas que pare de llorar. Si está enfadado no le digas que cambie su cara. Habla con él, pregúntale “¿cómo puedo ayudarte? ¿explícame qué ha pasado? Si me explicas qué ha pasado podré ayudarte”. Escucharle es aceptar que hable de sus emociones. Escuchar es ayudarle a sacar fuera los sentimientos que le oprimen y le hacen sentir mal. Escuchar es entrenarle a explicar lo que siente y hacer saber a las otras personas por qué se siente como se siente.
Todavía hay muchas familias que le dicen a su hijo varón “ya no llores como un mariquita, los hombres no lloran”. ¡Le dicen eso a un niño! Al escuchar eso el niño interpreta que es malo llorar, y que es malo aceptar la emoción de la tristeza, frustración o lo que fuera que le haya ocasionado el llanto. Aprende que es malo sentir y comienza a construir esa barrera que le impedirá emocionarse, sensibilizarse, empatizar, reconocerse y poco a poco aprenderá a deshumanizarse.
9. Si no te gusta cómo se porta tu hijo enséñale cómo hacerlo
Muchas veces, cuando vemos que un niño hace algo mal, o se porta mal le chillamos y le decimos ¡ así no! ¡malo, niño malo!
El niño sabe qué ha hecho algo mal pero no sabe cómo se hacen bien las cosas.
Así que evita chillarle y etiquetarlo de malo o bueno.
No existe niño malo o bueno.
Existen buenas conductas o malas conductas.
Etiquetar a tu hijo como malo, o incluso bueno, no es adecuado. En otro episodio te contaré más detalles sobre por qué no debes decirle a tu hijo que es un niño malo bueno.
Como te decía, enséñale cómo se hace, dale la información que le hace falta. Si tira sus juguetes es mejor que le digas “no se tira el coche porque se rompe, la pelota si se puede tirar”. Si pega a su hermano “no se pega cariño, tu hermano se siente triste si le pegas, si te has enfadado avísame y yo te ayudaré”. Si tira un papel al suelo dile “no se tira al suelo, a la papelera sí” en lugar de llamarle maleducado o cerdo.
Asegúrate de enseñar la diferencia entre lo que es incorrecto y cuál es la acción correcta.
10. Pasa tiempo individual con tu hijo
Ya sea para comer algo o para ir en bicicleta, trata de programar un tiempo a solas con tu hijo al menos una vez a la semana.
Esta es una gran oportunidad para hablar sobre lo que piensa y para consolidar el vínculo que ambos comparten.
Demuéstrale que lo amas pasando tiempo con él y dándole muchos abrazos y afecto.
Evidentemente, quizás por trabajo no puedas dedicar el tiempo que quieres a tu hijo pero te aseguro que la mejor inversión de tu vida y que mayor ganancia da es la dedicación de horas a tus hijos.
Yo podría haber trabajado todo el día y haber apuntado a mis hijas a un extraescolar y a otro pero decidimos con su padre no hacerlo y decidimos ir corriendo de un lado a otro para poder pasar más tiempo con ellas. Decidimos organizarnos para hacer salidas y para que no suponga mucho gasto de dinero decidimos llevar hechos los bocadillos, llevar el agua, la fruta y comprar un helado fuera que representaba la cerecita del pastel a día de familia juntos.
Ahora vemos los frutos. Son dos mujeres que aman a su familia. Les encanta pasar tiempo con nosotros aunque ellas están en edad de irse por ahí con las amistades o novios y hacen lo posible por combinar ambas cosas. Se interesan también por reunirse de tanto en cuanto con el resto de la familia.
11. Concéntrate en tu hijo jugando con él y escuchándole cuando habla
Muestra interés en las actividades de tu hijo. Deja que tu hijo te guíe en el juego y estate dispuesta a hacer las cosas que quiere hacer.
A los peques les encanta ver que sus padres no son unos aburridos y que saben reírse de sí mismos.
Cuando mis hijas eran peques nos encantaba bailar y cantar la canción de la película Stepmom y nos lo pasábamos súper bien haciendo de locas.
Cuando escuchamos esta canción, cualquier otro día, nos lleva directamente al pasado, a esos preciosos días y a ese compromiso mútuo de que siempre estaremos cuando nos necesitemos. De hecho es lo que dice la letra de «Ain’t No Mountain High Enough» by Marvin Gaye & Tammi Terrell
Tu hijo tiene la suerte de haber nacido en la era de la tecnología y la comunicación virtual y disfrutar de compartir canciones, películas contigo como nunca antes pero también puede que tenga la mala suerte de tener a una madre que sin quererlo puede estar haciendo un mal uso de esas tecnologías cambiando a su hijo real por desconocidos virtuales, por comunicaciones virtuales.
Tus hijos compiten por tu atención con Facebook, con Instagram y Youtube: tú decides quién gana.
12. Proporcionar estructura y reglas. Sé consistente.
Decide y aplica reglas y límites claros que sean adecuados para la edad y la etapa de tu hijo. Dile qué esperas de él y cuáles serán las consecuencias si no sigue las reglas. Las normas le ayuda a sentirse seguro.
Dile a tu hijo que tú eres feliz cuando coopera y te ayuda, cuando sigue las reglas o cuando hace otras cosas positivas como hacerte un favor.
En otro episodio te hablaré con más detalle sobre cómo poner límites sanos y normas a niño de más de 3 años.
13. Anímalo a probar cosas nuevas y dile que estás orgullosa de él
Elogia sus esfuerzos y habilidades, pero sé específica en lo que dices. No exageres todos sus logros. Si le quieres hacer que todo te parece bueno, tu hijo percibe que nada es bueno.
Recuérdale que aprender nuevas habilidades requiere tiempo y práctica, y que nadie puede dominar todo desde el principio y sin esfuerzo.
También puedes hablar sobre tus propios éxitos y fracasos y sobre lo que has aprendido.
Ayuda a tu hijo a aprender de sus errores.
Habla sobre lo que se puede hacer de manera diferente la próxima vez y sobre cómo puede controlar su propio comportamiento.
Te explico en el podcast mis anécdotas sobre cómo aprendió a patinar mi hija y sobre cómo la hija de una amiga se sorprendió de lo fácil que es aprender cualquier cosa si deseas hacerlo.
14. Ofrécele opciones y la oportunidad de resolver problemas, de acuerdo con la edad y etapa de tu hijo, para que tu hijo aprenda que tiene control sobre su vida.
Por in-creible que te parezca a los niños les encanta resolver problemas y se les hincha el pecho de orgullo cuando alguien les dice “qué buena idea, gracias por ayudarme a resolver el problema”.
Te cuento un par de anécdotas de cómo soluciono los problemas en el patio del Jardín de niños, Kindergarten o Parvulario.
- Caso gusano.
- Caso calor y fútbol.
15. Crea un entorno hogareño seguro y lleno de amor donde tu hijo pueda sentirse cómodo, seguro y feliz.
Evita pelear o discutir con tu pareja frente a tu hijo.
Sé que es muy difícil pero de verdad tu hijo somatiza esa tensión y la traduce en dolor de estómago, de cabeza, vómitos, calambres, irritabilidad, tensión, ansiedad, nerviosismo…
No vale la pena exponerlos a situaciones en las que claramente ellos nada pueden hacer porque son problemas de adultos.
¿Te imaginas como niña tener que llegar a un hogar donde el aire es tan denso que parece que en cualquier momento va estallar un problema?
Algunos de los niños con quienes trabajé venían de casa súper nerviosos justo por haber estado viviendo situaciones familiares problemáticas.
Este tema es para largo así que dedicaré un episodio entero a hablar sobre cómo afectan los problemas familiares en el estado emocional de los niños y este a su vez en sus estudios.
Conclusión
Es normal que los niños muestren uno o más síntomas de baja autoestima de vez en cuando pero si cada día le preguntamos qué quieren, con paciencia les dejamos que se vistan, coman, recojan… solos, somos realistas respecto de lo que esperamos de ellos y nos quitamos esa idea loca de educar al hijo perfecto y aceptamos que es un niño, les reconocemos y elogiamos sus logros, les delegamos responsabilidades adecuadas a su edad para que sean cada vez más autónomos, les queremos y amamos tal y como son y no los comparamos ni con sus sombras, les hablamos bien, con respeto, sin ironías, les acogemos amorosamente aunque su ataque de llanto sea porque se le cayó una piedrecita que llevaba en la mano y al subir al autobús sin querer la soltó, les enseñamos amorosamente cómo queremos que se comporten en lugar de manejarlos con la mirada como si fueran animales amaestrados, les damos periódicamente a cada uno de nuestros hijos nuestro tiempo, atención, palabras, miradas… solo a él, jugamos con él aunque papá tenga que convertirse en la modelo a quien las niñas peinan y maquillan, si les ponemos límites a tiempo ante una mala conducta con un cálido NO, así no, ahora no se puede, hoy no, si les ayudamos a salir de su zona de confort y les animamos a superarse a sí mismos a enfrentar retos cada vez mayores y al llegar a casa encuentren un lugar comprensible, amable, respetuoso, te aseguro que tus hijos se acabarán convirtiendo en esas maravillosa personas que tanto este mundo necesita. Esta en nuestras manos.
Espero que estas pautas te ayuden a mejorar la manera en cómo has estado tratando a tu hijo. O al menos, evitar hacer cosas que dañan su autoestima. Te dejo el episodio en el que hablé sobre 10 formas que debes evitar usar porque dañan la autoestima de tu pequeño hijo.
Y tú ¿qué recuerdos tienes de tu infancia que te ayudo a tener una buena autoestima o al contrario contribuyó a tener una autoestima pobre?
Te leo en los comentarios.
Gracias por leer y compartir.
¡Feliz semana!
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