Normalmente nos comportamos coherentemente con las emociones que experimentamos.
Si estamos tristes, queremos estar solos, sin hablar, en silencio, en la oscuridad.
Si estamos alegres, saltamos, repartimos abrazos, besos, sentimos que tenemos energía para hacer muchas cosas.
La gestión emocional es un tema que no hace mucho que se está trabajando.
Hace poco, expresar las emociones abiertamente era signo de debilidad. «Los hombres no lloraban” porque si lo hacían se les tachaba de débiles, de poco hombres.
Todavía en ciertas sociedades es así.
Las personas que no gestionan sus emociones se dejan afectar por sus circunstancias, por lo que les pasa, y se ponen inmediatamente en el “modo” de la emoción que corresponde con ese acontecimiento.
Si ha discutido con alguien y siente que le han ofendido, experimenta indignación, rabia.
No se para a pensar si quiere sentirse así o no.
Se deja cegar por sus emociones. Deja que la emoción le absorba.
No hay gestión emocional. Le desbordan sus emociones.
Imagínate que eres un termómetro y que tu temperatura emocional varia en función del clima exterior que serían tus circunstancias (tus problemas, los tipos de relaciones que tienes con otras personas).
Como tu temperatura emocional no depende de ti, depende de lo que los demás hagan, algunos días estarás achicharrado porque el clima está caldeado (te relacionas con gente enfadada, hay situaciones tensas, acontecimientos inciertos).
Otros días, puede que estés congelado porque tu entorno es hostil y frío.
Menos mal que no somos termómetros a merced del clima.
Cada una de nosotras podemos decidir nuestra respuesta a determinada situación.
Es difícil pero se puede.
Y, si no gestiono mis emociones ¿qué pasa?
Si no gestionamos nuestras emociones a la larga puede afectar en nuestro estado de ánimo. En nuestra actitud ante la vida.
Si experimentamos constantemente rabia, ira, descontento casi a diario nuestro estado de ánimo será coherente con esas emociones.
Una persona con la cara enfadada está así seguro porque está pasando por ciertos problemas.
Pero, ¿hace falta mantenerse en ese estado?
Es como si el hecho de tener dificultades le obligue a estar con mala cara todo el día cuando desde un estado de ánimo positivo es desde donde se pueden arreglar los problemas con mayor eficacia y creatividad.
Una persona que no gestiona sus emociones puede ser criticona, desagradecida, quejica, impulsiva y enfadosa.
Ese tipo de personas que parece que vivan amargadas.
¿Cuál es la actitud que experimenta ese tipo de personas normalmente? No es difícil adivinarlo, negativa.
¿Qué emociones experimenta? Negativas.
¿Qué tipos de pensamientos le rondan por la cabeza? Limitantes.
Al final, todo se convierte en una cadena: la emoción influye sobre nuestra actitud, nuestra conducta y nuestra manera de pensar.
No solucionar el embrollo de nuestras emociones puede llevar a consolidar determinado estado de ánimo y éste a su vez integrarse en nuestra personalidad.
8 SENCILLAS ESTRATEGIAS PARA GESTIONAR TUS EMOCIONES
Hay cosas muy sencillas que podemos hacer para gestionar las emociones. Por ejemplo:
1. Dar un paseo
Pasear centrándote en tu alrededor evitando darle vueltas a aquello que te esta afectando. El objetivo es tranquilizarse.
2. Escuchar tu música preferida.
Si estás baja de ánimos elige una canción que te recuerde que los problemas tienen solución. A mi me encanta una que de titula Color Esperanza de Diego Torres.
3. Evitar las noticias negativas
Deja de prestar toda tu atención a los acontecimientos negativos: desastres naturales, accidentes, atentados, etc. El objetivo es centrarte en aquellas cosas que tú puedes solucionar y dejar el resto de problemas a quien le compete.
4. Salir a distraerte, divertirte
Salir con tus amigos, tu pareja, hijos… a pasar un rato agradable.
5. Tener una actitud positiva
Ver el lado bueno de las cosas. Una dificultad siempre conlleva el aprendizaje de nuevas habilidades y eso ya es un motivo para alegrarse.
6. Beber mucho agua
Cuando estamos deshidratados nuestro cuerpo se altera con mayor facilidad. Así mismo, un cuerpo deshidratado dispone de poca energía.
7. Encontrar razones para agradecer
Centrarte en lo que no tienes o no has conseguido te hace sentir incompleto.
Céntrate en lo que ya tienes.
Tienes un techo donde vivir, agradécelo.
Tienes gente a tu alrededor que te ayuda y te quiere, agradécelo, aunque esa atención no provenga de las personas que tú quieres.
Si tienes un trabajo, agradécelo, y si no te gusta lo que haces agradécelo igualmente mientras encuentras otro trabajo que te ilusione.
Hay muchas cosas por las que agradecer. Yo misma en el momento que escribo doy gracias por poder hacerlo, por disponer de tiempo para ello, por compartir lo que sé con otras personas y te doy gracias a ti por leerme y dedicarme tu tiempo.
Escribe cada noche 3 cosas por las que estás agradecido ese día.
8. Socialízate. No te quedes encerrada
Deja que nuevas ideas, maneras de pensar, maneras de ver y vivir la vida te inspiren a vivir otro tipo de vida. Usa esa información para cuestionarte si puedes vivir de otra manera.
Cambiar de estado de ánimo depende de ti. De cómo gestiones tus emociones. De que no te dejes absorber por ellas sin más. De que tú tomes el control y decidas cuáles quieres experimentar.
No es fácil pero es posible.
Usa las estrategias descritas anteriormente para facilitarte el cambio de estado de ánimo.
Si te notas baja de energía, triste, enfadada con los demás o contigo misma no pierdas el tiempo manteniendo ese estado de ánimo.
Pregúntate si desde ese estado de ánimo podrás solucionar tus problemas.
Lo más seguro es que respondas que no.
Así que para qué seguir en este estado de ánimo.
No te dejes arrastrar.
Si te dejas arrastras por las emociones negativas sin más, sin preguntarte qué mensaje te están trayendo, no estás entendiendo la función de las emociones en tu vida.
Y, ¿tú?
¿Qué tipo de estrategias utilizas para gestionar tus emociones?
¿Cómo haces para calmarte ante situaciones que te hacen sentir alterada?
Si estás baja de ánimos ¿cómo cambias tu estado de ánimo?
¿Tú qué opinas?
¡Que tengas un gran día!

soy madre de una pre adolescente, y quisiera que mi hija pueda desarrollarse lo mas sano posible y que pueda manejar sus emociones porque esa es nuestra debilidad y a veces me siento impotente
¡Hola María!
Gracias por comentar. Por experiencia te confirmo, ya que tengo dos adolescentes en casa, que para que tu hija pueda crecer sana mental y emocionalmente, debes cambiar tú.
Practica la empatía, la escucha activa, usa técnicas y estrategias para ayudarle a gestionar sus emociones.
Ya has dado el primer paso y siéntete orgullosa por ello: velar para que tu hija sea capaz de gestionar sus emociones.
Saber cuál es el problema es la mitad de la solución.
Si la gestión emocional es vuestra debilidad, ponte con ello.
Te dejo este enlace con más información al respecto:
https://inteligenciaemocionalencasa.com/educacion-emocional-para-mamas/
Y por supuesto, si tienes alguna dificultad específica, como no saber cómo escuchar activamente, cómo ser empática, cómo tener expectativas positivas, lo que sea, ponte en contacto conmigo . Estaré encantada de serte útil.
¡Un abrazo!