Inteligencia Emocional en Casa
Una madre me dijo con dulzura que uno de sus sueños es que su hijo consiga un trabajo seguro, uno en el que pueda jubilarse. Uno que le permita tener una casa y mantener una familia.
Otra mamá me dijo que su sueño era sacar a su hija profesional aunque tuviera que trabajar sin descanso.
Cuando tienes hijos sabes que lo más importante es cuidar de que no les falte nada y que no dejen los estudios.
Nos llenamos de orgullo si nuestros hijos consiguen graduarse en la universidad. Nos sentimos tranquilas porque sabemos que con un título bajo el brazo tendrán más oportunidades de conseguir un buen trabajo.
Lamentablemente, no siempre es así. Muchos jóvenes con estudios no están ejerciendo su profesión. Las constantes crisis económicas de los últimos años pueden ser uno de los motivos, pero no el único. Ya no es suficiente tener un título.
Hay algo que es imperceptible pero muy valioso para que tu hijo pueda tener la oportunidad de vivir una vida plena y feliz. Tener unas habilidades que tú puedes enseñarle y que serán complementarias a la formación que le dan en la escuela y universidad: desarrollar su Inteligencia Emocional.
Tú puedes hacer muchas cosas mientras dependa de ti, en tu día a día, para ayudarle a desarrollar su Inteligencia Emocional a fin de que pueda crecer sin problemas y sin hábitos autodestructivos que le afecten a su salud, a su bienestar emocional y económico cuando sea adulto.
Si te estás preguntando cómo y qué tienes que hacer, yo te enseñaré estrategias de Inteligencia Emocional y Coaching Educativo. Aprenderás a gestionar tus emociones, a conocerte mejor, a saber cuáles son tus virtudes y cuáles son tus cualidades a mejorar. A saber tomar buenas decisiones. A resolver conflictos familiares de manera constructiva. Sin peleas ni remordimientos. Si tú estás bien, tu familia también.
Mi pasión y trabajo es ayudar a madres comprometidas a educar desde el amor y el respeto para que sus hijos sean adultos responsables, optimistas, motivados por cambiar el mundo en lugar de aguantar y sobrevivir en él.
Te enseñaré a cómo disfrutar de la experiencia de ser madre conectando emocionalmente con tus hijos. A ser unos faros que inspiren a tus hijos a vivir una vida plena y feliz.
Haz que tu lucha, tu esfuerzo, valga la pena.
Si continuas leyendo es que quieres lo mejor para tus hijos y quieres relacionarte con ellos de una manera más sana, más amorosa y más gratificante.
A través de Inteligencia Emocional en Casa, pretendo humildemente hacerte pensar, removerte por dentro, emocionarte, ayudarte a centrarte en lo más importante: tu familia y por supuesto ser la mejor versión de madre que puedas ser.
DIME SI NO VALE LA PENA
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Disfrutar intensamente de la experiencia de ser madre.
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Ayudar a que tus hijos sean personas responsables, optimistas, empáticas, y motivadas por vivir una vida plena y feliz.
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Sentirte plenamente satisfecha con tu labor de madre, sin remordimientos ni culpas.
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Saber que cuando tus hijos marchen de casa, o decidas volver a tu tierra, estarán preparados para afrontar con éxito su propio rumbo.
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Confiar plenamente en las capacidades de tus hijos fortaleciendo lazos de amor que les darán las fuerzas necesarias para luchar por sus sueños.
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Aportar tu granito de arena a mejorar este mundo educando hijos respetuosos consigo mismos, con los demás y con el mundo.
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Ayudarles a desarrollar al máximo su potencial, tanto a nivel intelectual como a nivel emocional.
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En definitiva, vivir más momentos memorables e inolvidables, de aquellos que te dibujan una sonrisa y te hacen soltar una lágrima de felicidad.
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Si estás cansada de gritar, amenazar, castigar, enfadarte y quieres educar a tus hijos de una manera más respetuosa, estás en el sitio adecuado.
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Si quieres ser una influencia positiva en la vida de tus hijos, BIENVENIDA.
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Por el contrario, si tienes una actitud negligente respecto de la educación de tus hijos y no quieres hacer el esfuerzo de saber cómo hacerlo mejor, no puedo ayudarte.
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Si piensas que educar a los hijos es proveerles de cosas materiales, comida y techo y no estás dispuesta a compartir tu tiempo con tus hijos, no puedo ayudarte.
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Si prefieres seguir educando a la antigua, castigando, amenazando, humillando, sin tener en consideración los sentimientos y la vida interior de tus hijos, no puedo ayudarte.
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Si eres una madre que observa con negligencia comportamientos insanos como la agresividad, el victimismo, la irresponsabilidad, el control obsesivo, la desidia, la negligencia, la violencia verbal, la violencia física con otras personas, no puedo ayudarte.
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Si por el contrario quieres demostrarte a ti misma que educar desde el amor y el respeto es la mejor manera de acompañar a tus hijos, bienvenida.
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Si te interesa ayudar a desarrollar al máximo el potencial de tu hijo, tanto su inteligencia emocional como intelectual, yo te enseñaré cómo hacerlo.
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Si sueñas con que tus hijos sean personas responsables, optimistas, motivadas al logro y dispuestas a aportar de lo mejor de si mismas a su familia y al mundo, aquí, en Inteligencia Emocional en Casa, encontrarás ideas y soluciones prácticas.
Escribo sobre Inteligencia Emocional, Coaching Educativo, Programación Neurolingüística y Neurociencia aplicadas a la Educación.
Compartiré contigo mi experiencia como madre, Docente & Psicopedagoga familiar.
Te daré ideas y consejos prácticos sobre resolución de conflictos, motivación, comunicación asertiva, educación no violenta, disciplina positiva, educación emocional y otras técnicas y herramientas que te ayuden a educar a tus hijos desde el amor y el respeto.
Espero que todo lo que te aporte, a través de Inteligencia Emocional en Casa, te ayude a mejorar la relación con tus hijos. Que el peso de criar tus hijos lejos de tu tierra sea menor, que tu estrés sea más manejable, que tus metas se cumplan, sin sacrificar a tu familia ni tu salud mental ni física.
Todo lo que comparto está escrito con amor y con el profundo deseo de emocionarte e inspirarte a educar a esa gran persona en las que se convertirá tu hijo.
Tu y yo como madres sabemos que no hay más grande proyecto que el de educar con amor y respeto a nuestros hijos para que sean personas de bien.
Y ¿Quién soy yo para aconsejarte cómo educar a tus hijos?
Me llamo Ruth Zarco, nací en Bolivia y vivo, por ahora, en Barcelona hace más de 15 años.
Como ves, tengo el corazón dividido, amo el mar de Barcelona y el volcán apagado con nieves eternas de mi querida La Paz. Ambas formar parte de mí, de quién soy ahora.
Pero a parte de ser madre, durante los primeros años en Barcelona me formé como docente, hice un Máster en Psicopedagogía y muchas formaciones relacionadas con la Psicoterapia, Inteligencia Emocional y Coaching Educativo.
Pero nada de eso tiene valor si nunca hubiese puesto en práctica lo que estudié. Si no hubiese experimentado en carne propia lo difícil y gratificante que es ser madre. Y que viva donde viva mi familia puede crecer sana y feliz.
Aún después de tantos años de vivir lejos de mi tierra me sigue doliendo no poder estar en ella, pero he aprendido a vivir en el presente, a agradecer lo que tengo en lugar de sufrir por lo que no tengo, a reconocer que la carga emocional que llevo es grande y saber cómo gestionarla para manejar mejor las situaciones estresantes, los conflictos, las decepciones y por supuesto conseguir poco a poco cumplir mis sueños y metas postergadas.
No me considero experta, más bien una gran aprendiz. Me gusta tener los ojos y la mente abierta. Seguir aprendiendo, investigando, probando. Sumando.
Todo lo que sé sobre educar desde el amor y el respeto lo he aprendido gracias a mis dos grandes maestras: mis hijas Michelle y Nicole; y mi experiencia trabajando en la escuela, con madres y familias.
Las experiencias vividas con todos ellos son mi inspiración para compartir lo que sé en este sitio de ayuda para madres que quieren ayudar a sus hijos a desarrollar al máximo su potencial. Como decimos, que sean personas de bien.
He aprendido tanto y he cometido tantos errores que quiero compartir contigo lo que sé para que no cometas los mismos errores que yo.
Quiero que tú puedas llegar a sentir esa tranquilidad que te da el saber que has hecho todo lo que estaba en tus manos para que tus hijos estén preparados para vivir una vida plena y feliz en cualquier parte del mundo.
Que mientras estén a tu lado, seas una influencia muy positiva en sus vidas para que puedan desarrollar al máximo su potencial, tanto a nivel emocional como intelectual.
Que no te dé ahora por pensar que en mi casa todo es color de rosa. No todo es paz y armonía al estilo Casa de la Pradera o la Familia Ingalls, ¿te acuerdas? En casa, de vez en cuando, seguimos teniendo conflictos. Cualquiera de nosotros puede tener un mal día, incluso la optimista Ruth.
¿Pero sabes lo que nos diferencia?
Que nos enfocamos en buscar una solución a nuestras diferencias, dejando de lado el rencor y el resentimiento. Unas veces lo arreglamos con un abrazo sincero. No es fácil sacarse de encima ese orgullo que no sirve más que para alejar a tus hijos. Otras veces lo solucionamos con una disculpa expresada con valentía. No todo el mundo tiene el coraje de decir lo siento, me equivoqué, perdóname.
Aunque educar desde el amor y el respeto parece que está enfocado a ayudar a los hijos, mi experiencia corrobora todo lo contrario.
Algunas de las situaciones angustiosas y estresantes que he vivido en el proceso de educación de mis hijas me las he buscado yo misma. Me las he ganado a pulso.
Me costó lo suyo aprender a reconocer mis errores. A aceptar que mis hijas tienen derecho a tener sus propios sueños. A gestionar mis emociones y enfadarme, como dice Daniel Goleman, en el momento e intensidad adecuados. Sin intimidar, sin humillar. A aceptar que necesitan un ejemplo a imitar, un referente a seguir y yo, durante gran parte de su infancia, no fui consciente de ello. Es más, dejé pasar tantas oportunidades para ayudar a mis hijas a desarrollar al máximo su potencial que quiero, sinceramente, que tú puedas ayudar a tus hijos.
¿Vale la pena construir una buena relación con tus hijos?
Por supuestísimo que sí. Una buena relación familiar les alejará de las malas influencias, de las malas decisiones y les dará la confianza necesaria para perseguir sus sueños con coraje e ilusión.
¿Vale la pena ayudarles a desarrollar su Inteligencia Emocional?
Absolutamente sí.
Mi gran sueño es ayudar a mejorar el mundo en el que vivimos educando, en mi caso, a dos personas ambiciosas pero no avariciosas, emprendedoras pero no explotadoras, libres pero no libertinas, empáticas pero no sufridoras, responsables más que culpables.
Tú también puedes mejorar este mundo educando a tus hijos desde el amor y el respeto, ayudándoles a alcanzar su máximo potencial.
Espero poder contar contigo.
Haz que tu lucha por darles un futuro mejor a tus hijos valga la pena.
Si tú estás bien, tu familia también.
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