Cómo es una madre sobreprotectora.
Marta es una madre sufridora. Sufre por su hijo. Tiene tanto amor por él que quiere evitar que su hijo experimente dolor, trabajo, pesadumbre, infelicidad, frustración, tristeza. Él es lo más preciado de su vida y ella se encarga de que no le falte nada, de que no le pase nada.
Marta no sabe que esa actitud sobre protectora está perjudicando a su hijo. No lo sabe porque no es capaz de prever las consecuencias futuras. No sabe que con cada esfuerzo que le ahorra a su hijo no deja que él desarrolle su autoconfianza, su autoestima y experimente momentos de felicidad.
Porque aunque parezca inverosímil nuestros pequeñajos son buscadores de momentos de felicidad. Esa que experimentan cuando comienzan a caminar y ven la cara de felicidad de sus padres, cuando ya saben coger la cuchara para comer, cuando ya pueden enjabonarse solos el pelo, cuando pueden peinárselo, cuando pueden hacer la cama solos, cuando eligen la ropa que quieren llevar al día siguiente a la escuela, cuando empiezan a despertarse solos sin ayuda de mamá, cuando pueden poner la mesa, cuando ayudan lavando los platos, cuando se hacen cargo de alimentar a su mascota, cuando son ellos los que riegan y cuidan las plantas con ayuda de papá y mamá, cuando cada día son mejores en su deporte o afición favorita, cuando ayudan a mama o papá a cocinar y limpiar. Y por descontado, cuando son capaces de levantarse después de una caída en el parque. De seguir trepando una senda escarpada en un día de excursión a la montaña a pesar de que se sienten cansados.
Con lo dicho anteriormente no quiero decir que debes dejar a tu hijo a su aire y que aprenda a hacer las cosas solo. Lo que quiero decir es que le dejes a él hacer las cosas que puede hacerlas por sí mismo. Cosas que hará con lentitud porque estará aprendiendo. Cosas que tú harás con él a base de paciencia y amor para enseñarle cómo hacerlo.
Me pone triste ver a madres que desaniman a sus hijos a hacer cosas solo por evitar que se hagan algún rasguño. Madres sufridoras que imaginan los accidentes más mortales provocados por una simple caída en un parque. Si eres una de ellas, déjales que experimenten , que se reten a sí mismos, que aprendan a superar la frustración de no poder hacer alguna cosa a la primera y a lograrlo tras varios intentos.
Una de la frases que me gusta decirles a mis niños cuando veo la carita de desilusión cuando no pueden hacer algo es«A mi también, cuando era pequeña, no me salían las cosas a la primera, pero a base de aprender cómo hacerlo y practicar, practicar y practicar, pude hacer cosas que en un principio no podía.» No sabes la tranquilidad que les da oír que no son los únicos a los que se les da mal hacer las cosas por primera vez.
Si enseñas a tus hijos a valerse por si mismos, el día de mañana no tendrás necesidad de pelearte con él para que aprenda de mayor a hacer cosas que podías haberle enseñado de pequeño.
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