Qué complicado se hace el día a día si eres una mamá solitaria. Hoy veremos el caso de una mamá que desconfía de los demás. En sus propias palabras comenta:
¡Hola!
Soy una persona que da mucho valor a las amistades. Pero analizo a la gente y no soporto la falsedad, la mentira y el interés. Por desgracia la gente que se me acerca es así. Tiene esos defectos. Y además cuchichean.
Intenté, en el lugar donde vivo ahora, hacer amigas aunque sean mamás del colegio de mi hijo. Pero, hoy saludan y mañana no. Hacen su corrillo y me siento un bicho raro. O es así como me hacen sentir.
Las amistades de toda la vida me llaman si necesitan algo de mí o acabo llamando siempre yo.
¿Cómo relacionarme con gente si creo que no encajo con ellas?
Agradeceria un consejo. Quiero saber cómo tener amigas sin interés.
¡Estoy desesperada!
Este un caso es real.
A más de una nos ha pasado creer que no encajamos con cierto grupo de personas. Hemos acabado pensando que esa gente era rara. Hemos llegado a pensar incluso que nosotras éramos las raras. Pero a la vez queríamos poder encajar, sentir que podíamos ser parte de ese grupo.
¿Cómo podemos saber que no somos nosotras las que nos alejamos debido a nuestra inseguridad?
¿Cómo podemos saber que son las demás, las personas tóxicas?
¿Cómo relacionarse con personas falsas, mentirosas e interesadas cuando no queda más remedio que convivir con ellas ( porque nos las encontramos cada día en el trabajo o porque forman parte de nuestra familia)?
Si es cosa nuestra, ¿qué hacemos para quitarnos todas esas paranoias de la cabeza y disfrutar de la compañía de las personas?
Y si no es cosa nuestra ¿qué hacemos? No podemos hacer desaparecer del mundo a las personas que parecen disfrutar con excluir a los demás porque no van con su estilo, con su filosofía de vida, su raza, su posición económica, su religión…
Cómo relacionarse con esas personas que usan cualquier pretexto para hacer a un lado a los que son diferentes de ellas.
En este post aprenderás cuáles son las habilidades que tienes que desarrollar para sentirte a gusto con los demás tal como eres tú.
A no preocuparte si encajas o no, sino a ocuparte a forjar amistades con aquellas que realmente valen la pena.
Aprenderás qué hacer si te encuentras con personas tóxicas en tu vida.
Para comenzar debes saber que esas habilidades que te ayudan a relacionarte con los demás (tu pareja, tus hijos, amigos, compañeros de trabajo, la panadera de la esquina, etcétera) se aprenden y se desarrollan desde la más tierna infancia.
No pienses que has llegado tarde. Se pueden desarrollar a cualquier edad.
LAS 5 HABILIDADES O COMPETENCIAS EMOCIONALES PARA RELACIONARSE MEJOR CON LOS DEMÁS
Goleman en su libro Inteligencia Emocional destaca 5 competencias básicas para gestionar las emociones y facilitar la interacción con las demás personas y que estas relaciones sean fuente de satisfacciones más que de penas y de frustraciones.
Según Salovey, Gardner y Goleman debemos tener en cuenta 5 competencias emocionales para llevarnos bien con los demás:
1. EL CONOCIMIENTO DE LAS PROPIAS EMOCIONES
La primera competencia emocional es el autoconocimiento.
Saber qué sentimos.
Es esencial que sepamos ponerle nombre a una emoción concreta. Eso nos ayuda a conocernos mejor.
Para saber lo que sentimos tenemos que:
1.1 Saber qué emoción estamos experimentando e identificar las sensaciones que la acompañan
Saber que si estamos enfadadas, es mejor no tomar decisiones ni decir lo que pensamos en ese momento. Lo que hagamos y digamos está bajo la influencia del enfado y por lo tanto podemos hacer y decir cosas de las que después nos arrepentiremos.
1.2 Diferenciar entre lo que es una emoción, un pensamiento y una acción
La emoción y pensamiento son dos cosas diferentes, aunque ambas funcionan juntas. Una depende de la otra. El pensamiento es la parte más racional. La emoción es una reacción subjetiva.
La acción es consecuencia de la emoción y del pensamiento. Es lo que hacemos. Si estoy enfadada (emoción) y no soporto la presión, puedo pensar (pensamiento) que la solución es desahogarme (acción), decir lo que pienso sin tener en cuenta si lo que diré herirá a los demás o empeorará la situación. Esta decisión tomada en segundos y en caliente da paso a discusiones, peleas, agresiones, humillaciones.
El trabajo consiste pues en saber qué situaciones son las que te enfadan. Saber qué haces cuando estás enfadada. Y poco a poco, cuando te encuentres en situaciones similares, cambiar la reacción impulsiva de insultar, vociferar, agredir verbalmente o castigar con el silencio y la indiferencia, por otra respuesta más asertiva. Una que ayude a solucionar el problema, no a empeorarlo.
Aprender que la emoción es algo que te sobrecoge y que bajo ese estado (que Goleman llama secuestro emocional) es difícil pensar con claridad es clave para gestionar tus emociones.
1.3 Comprender para qué sirven las emociones
No se trata de dejar de enfadarse y reprimir nuestras emociones. Si las reprimimos, seríamos unas muertas vivientes.
Los seres humanos somos emoción. Lo importante no es no sentir nada sino elegir cómo gestionas esa emoción que te tiene secuestrada.
1.4 Reconocer y evaluar la intensidad de nuestras emociones
Si estás enfadada puedes decidir seguir peleando y discutiendo aún a sabiendas que no llegarás a ningún sitio (y lo sabes). O puedes utilizar tu enfado para darte cuenta que hay cosas que no van bien. Que hay cosas que te hacen sentir incómoda. Que es necesario que hables sobre ese tema con las personas involucradas. Expresar lo que sientes. Sin herir. Sin querer tener la razón. Sin intención de ganar, sino de encontrar una solución.
1.5 Reconocer y utilizar el lenguaje de las emociones
Reconocerte a ti misma cuando estás enfadada, te ayudará a ser más sensible a esa emoción en las demás personas. Si ves a alguien enfadado decidirás que no es el momento para hablar con él o ella. Sabrás que necesita apoyo, comprensión, acompañamiento, escucha activa. Aprenderás que no es más importante lo que tengas que decir sino escucharle, darle tiempo.
Muchas veces, cometemos el error de fijarnos solo en la conducta de las personas sin preguntarnos ¿qué está sintiendo y pensando para que actúe de esa manera? Pregúntate ¿qué hay detrás de ese enfado? ¿Por qué actúa así?
Acostumbrémonos a mirar a la emoción de la persona antes que a sus palabras o acciones. Si una persona te rechaza, pregúntate ¿qué emoción y pensamiento está experimentando esa persona? ¿es posible que haya tenido un mal día y quiera estar sola? ¿es posible que tenga una idea equivocada de ti? ¿es posible que le recuerdes a otra persona? ¿es posible que le traigas a la mente malos recuerdos?
Poner el foco en las emociones de los demás te ayudará a entenderles; cuanto más lo practiques más te costará enfadarte con la gente.
2. LA CAPACIDAD DE GESTIONAR LAS EMOCIONES
La segunda competencia emocional es gestionar tus emociones.
Como te decía, una vez hayas identificado qué emoción estás sintiendo, lo siguiente es elegir una respuesta adecuada.
Si te sientes decepcionada por la falta de amabilidad de las otras personas que pasan sin saludar o hacen que no te ven, piensa en las diferentes situaciones que pueden haber influido en el estado de ánimo de esa persona.
A veces tendemos a pensar mal de las personas porque ponemos atención solo en lo que dicen y hacen sin preguntarnos ¿qué emoción y pensamiento está experimentando esa persona?
Las personas actúan de una manera diferente si están pasando por un mal momento y tenemos que ser consciente de ello. Cada persona lleva a sus espaldas su propia historia con sus propios dramas, como nosotras.
Ahora bien, es verdad que existen personas groseras, toscas, malhabladas y tóxicas.
Yo me alejo de estas personas si veo que me quitan energía y me contagian su negatividad.
También puedo decidir contagiar mi amabilidad y mi positivismo.
En todo caso es una elección personal. Tú decides. Es una elección tuya.
3. LA CAPACIDAD DE MOTIVARSE A UNA MISMA
La tercera competencia emocional es la capacidad de utilizar tus emociones, sentimientos y pensamientos al servicio de tus metas.
Por desgracia, usamos las emociones para mantenernos en profundos estados de tristeza, depresión y enfado.
Nos acostumbrarnos a sentirnos decepcionadas, desesperanzadas, deprimidas, desganadas…aún sabiendo que esas emociones nos están alejando de vivir la vida como nos la merecemos.
Nos regodeamos contemplando pasar la vida escuchando canciones que nos deprimen más. Buscando historias que nos confirmen que nada se puede hacer para cambiar las cosas.
Nos distraemos de tomar la riendas de nuestra vida comprando compulsivamente, saliendo de parranda, mirando horas y horas la televisión, navegando por internet. Hacemos cualquier cosa para evitar mirar hacia adentro y reconocer que somos nosotras las únicas que nos impulsaremos hacia adelante.
Es cierto que hay situaciones que te invitan a sentirte desgraciada, ¿o cómo se supone que debemos sentirnos si nos han traicionado, abandonado o agredido?
Claro que tenemos derecho a dejarnos caer, pero lo justo. Hasta el punto de reconocer que no es lo que queremos y no es así como queremos vivir la vida, decepcionadas y dolidas.
Según el psicólogo Csikszentmihalyi, automotivarnos nos permite lograr resultados sobresalientes en cualquier área de nuestra vida.
La automotivación requiere saber gestionar tus emociones.
No dejes de sentir y emocionarte, sino aprende a utilizar las emociones para alcanzar tus metas.
Si te sientes ofendida por la falta de confianza en tus capacidades, usa esa fuerza emocional para centrarte en conseguir tus metas en lugar de sentirte pequeña.
El poder de cómo gestionar tus emociones lo tienes tú. Para profundizar en cómo gestionarlas, te dejo este enlace: 8 estrategias para gestionar tus emociones y mantener un estado de ánimo positivo.
4. RECONOCER EMOCIONES AJENAS
Reconocer qué les pasa a los demás es la cuarta competencia emocional: Conocerte mejor, saber qué pensamientos y emociones están detrás de tus acciones, te ayudará a entender a las demás personas.
Ser sensible a las necesidades de las demás personas te hará preguntarte ¿qué está pensando y sintiendo para comportarse así?
Las habilidades relacionadas con la Inteligencia Emocional como la empatía, escucha activa, comunicación asertiva que nos permiten sinergizar con otras personas. Nos permiten disfrutar de su compañía. Nos permiten evitar dramas innecesarios. Nos permiten mantenernos unidos. Nos hacen sentir que formamos parte de ese grupo.
5. EL CONTROL DE LAS RELACIONES
La quinta competencia emocional esta relacionada con la capacidad de utilizar las anteriores competencias para influir y liderar de manera positiva en nuestras relaciones interpersonales.
Desarrollar las habilidades que te hacen ser emocionalmente inteligente repercute en tu vida familiar, profesional y social.
Tienes una inteligencia emocional que te permite liderar en tu trabajo, influir positivamente en tu familia y sacar lo mejor de cada persona.
No te enfrentas, buscas soluciones y acuerdos; sin dejar de ser tú misma.
Te animo a que empezar con un reto básico:
-Durante 3 días observa qué emociones y pensamientos están detrás de tus acciones. Toma nota si puedes. Al cabo de unos días lee y/o reflexiona sobre esta experiencia. El objetivo es que seas consciente de que las emociones te acompañan cada minuto de tu vida e influyen en lo que haces y en el cómo.
Si llevas a cabo este reto te agradeceré que comentes al final del articulo tu experiencia.
Ahora vamos a analizar el caso de la mamá que siente que no puede tener amigas de verdad y proporcionarle pautas para que pueda mejorar sus relaciones.
RESOLUCIÓN DEL CASO: CÓMO TENER AMIGAS QUE NO SEAN FALSAS, MENTIROSAS, NI INTERESADAS
Con los datos que tengo vamos a hacer una aproximación de por qué esta mamá no puede tener amigas de verdad.
Aparentemente existen 3 causas:
A. Según su percepción está rodeada de gente falsa e interesada.
Parece que se está centrando más en poner atención en los defectos de las otras personas. Como está atenta a estas características, las acaba encontrando siempre. Su conclusión es que no puede fiarse de las personas porque son falsas e interesadas y le es difícil encontrar personas que no sean así.
Cuando nos relacionamos con otras personas es más saludable mentalmente centrarnos en aquello que nos une más que en lo que nos separa. Si tienes la tendencia de buscar lo negativo en las personas, céntrate en lo positivo y verás el cambio.
B. Cuando intenta relacionarse, algunas veces, se siente como un bicho raro. Otras la hacen sentir así.
Se siente mal. Un bicho raro. Pero la elección de sentirse así es suya, así pues, ella aún hace responsable a las demás personas por cómo se siente.
Sentirnos mal es una elección nuestra. Sí, lo has leído bien. No es culpa de los demás. Ser conscientes de nuestro poder personal, de elegir cómo responder ante las situaciones que nos hacen sentir mal es crucial para gestionar nuestras emociones.
Cada vez que te sientas mal o ridícula recuérdate a ti misma que ‘Nadie puede hacerte sentir mal sin tu consentimiento‘.
C. Se siente excluida del grupo de madres.
Puede que se autoexcluya. Pensar que es un bicho raro la hace alejarse del grupo porque concluye que no encajará con ellas.
Para saber si somos nosotras las que nos autoexcluimos sirve de mucho observarnos y apuntar cuáles son las situaciones en las que te sientes rara, por qué, cómo podrías dejar de sentirte así, y decidir qué harás la próxima vez ante una situación similar.
Como ves, he imaginado un poco las posibles causas de las dificultades de relación de esta mamá. Pueden haber otras causas. Lo cual cambiaría las posibles soluciones.
En todo caso, una misma es la que sabe si las soluciones propuestas pueden o no ser de ayuda. Pero antes de decidir que no, pruébalas. No puedes decir que no funciona si antes no lo has intentado.
¡Tienes que intentarlo!
Muchas de las mejoras que yo hice a nivel personal, fueron cambios conscientes y buscados. Al principio no era algo estructurado. Pero con el tiempo vi que seguía los siguientes pasos :
1.Identificar el problema:
¿Qué pasa? ¿Cómo me siento? ¿Qué estoy pensando?
2. Pensar en las distintas causas :
¿Por qué está pasando esto? ¿Por qué me siento así? ¿Qué busco? ¿De qué huyo? ¿A que le tengo miedo?
3. Buscar soluciones a los problemas en los que yo podía hacer algo:
¿Puedo hacer algo yo para resolver este problema? ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo lo haré? ¿Cuándo?
Te dejo un ejercicio que te ayudará a identificar cuándo vale la pena que inviertas tiempo y esfuerzo en resolver un problema y cuándo no. Un ejercicio para distinguir qué es lo que podemos hacer para cambiar una situación y cuándo no merece nuestra atención.
4. Evaluar los avances:
¿He mejorado? ¿Cuánto? ¿Cómo lo he hecho?
Nuestro papel como madre o padre es tan importante para la educación de nuestros hijos que creo que mejorar como personas tiene ese doble beneficio: tú te sientes mejor contigo misma y tus hijos aprenden esas competencias emocionales para ser felices y salir adelante pese a las dificultades.
¿CÓMO APRENDEN TUS HIJOS LAS 5 COMPETENCIAS EMOCIONALES PARA LLEVARSE BIEN CON LOS DEMÁS?
Bandura y Walters (1979) observaron que los niños aprenden mirando a sus padres y a otros adultos.
Así que la clave está en ser un buen ejemplo para tu hijo ya que le ayudará a:
1. Adquirir nuevos comportamientos. Tú debes enseñarle a ser cordial, a pedir las cosas por favor y dar las gracias siempre, por ejemplo.
2. Corregir comportamientos (aparición o desaparición de conductas). Pedir por favor y dar las gracias incluso si está enfadado por algo.
3. A generalizar ciertas conductas aprendidas en otros contextos. Pedir por favor y decir gracias incluso a personas extrañas.
Considero importante que sepas y, te habrás dado cuenta, que existen muchas personas emocionalmente analfabetas.Personas que se nublan ante determinadas situaciones. Personas incapaces de sentir empatía. Personas incapaces de gestionar sus emociones, canalizar y elegir el tipo de respuesta adecuado a la situación. Personas que dicen lo que piensan, sin flitro, sin tener en cuenta a los demás y sin tener en cuenta si sus palabras y sus acciones están haciendo daño a los demás.
No sigas siendo una de ellas. Haz algo para cambiar y tu vida cambiará.
¡Ponte las pilas!
– Decide mejorar cómo persona.
– Decide mejorar tus relaciones personales.
–Decide mejorar tu relación con tus hijos.
Ser emocionalmente inteligente ayudará a tus hijos a serlo también.
Te hará sentir más satisfecha con el tipo de relaciones que tienes y contigo misma. Te hará sentir un poquito más feliz cada día.
Y nada más por hoy.
Espero que hayas encontrado interesante el post de hoy.
Si lo encuentras útil, confuso, quieres de profundice más, etcétera, coméntamelo. Deja tu opinión 🙂
Si quieres comentármelo en privado puedes hacerlo por aquí.
¡Un abrazo y feliz semana!
PD. Recuerda el reto de esta semana:
- Durante 3 días observa qué emociones y pensamientos están detrás tus acciones. Toma nota si puedes. Al cabo de unos días lee y reflexiona sobre esta experiencia. El objetivo es que seas consciente de que las emociones te acompañan cada minuto de tu vida y que influyen en las cosas que haces y en cómo las haces.
Si llevas a cabo esta reto te agradeceré que comentes tu experiencia.
Deja una respuesta