Parece paradójico que las personas que más rechazan ser queridas en el fondo sienten una gran necesidad de que las quieran.
¿Por qué no aceptamos las expresiones de cariño?
¿Por qué en lugar de alegrarnos porque alguien está dispuesto a ayudarnos, rechazamos cualquier ayuda?
Al no aceptar ningún gesto de cariño, ni de ayuda somos incapaces de ver esos pequeños detalles, esas muestra de amor y de cariño, que los demás tienen con nosotras.
¿Qué crees que te demuestra tu hijo cuando te sirve un vaso de agua al llegar a casa?
¿Qué demuestra tu pareja cuando te prepara tu comida o té favorito?
¿Qué demuestran cuando te preguntan con interés y curiosidad cómo te fue el día?
Lo cariñosas y atentas que somos depende en parte de lo que hemos recibido de niñas.
Si nuestros padres eran proveedores de cariño nosotras también.
Si no, nosotras tendremos carencias en ese sentido. Nos costará expresar cariño porque no aprendimos a hacerlo.
Dar cariño, atención, dedicación es en el fondo tener la intención de conectar con la otra persona.
Una persona que habla, mira y está con otras personas por estar sin interesarse genuinamente por ellas, sin sentir curiosidad, demuestra que no tiene intención de conectar o no sabe hacerlo.
Los niños lo saben.
Recuerdo una anécdota con mi hija pequeña.
Un día paseando cogidas de la mano, ella me iba hablando de sus cosas y me preguntó que si al día siguiente le podía comprar un helado.
Yo le dije que sí. Algo habrá intuido en mi voz, en la manera en cómo respondí que me pidió que me pusiera de cuclillas y la mirara.
Entonces me cogió la cara con ambas manitas y me hizo la pregunta otra vez.
¿Mamá, me comprarás un helado mañana?
No pude evitar enternecerme por su gesto de hacerse escuchar y de obtener una respuesta sincera.
No una para salir del paso.
No esas palabras que tristemente solemos usar los padres cuando no somos conscientes del impacto que tienen estas en nuestros hijos.
Si te has dado cuenta de que posiblemente tu imposibilidad de expresar cariño, atención y ayuda a los demás es porque de niña no fueron cariñosos contigo y no te ayudaron, hay solución porque tú decides cómo quieres ser desde hoy en adelante.
Si es el caso, es hora de que vuelvas a replantearte esas creencias.
¿En serio piensas que no mereces recibir cariño?
Todo el mundo es digno de recibir cariño, de ser ayudado, de ser atendido, incluso tú.
Al pensar que no mereces muestras de cariño, de atención, de ayuda alejas a las demás personas de ti.
Construyes una muralla para que nadie se acerque a ti.
Lo malo de la muralla es que alejas a las personas que te han hecho daño pero a la vez alejas a las personas que sinceramente quieren proveerte de cariño y cuidados.
¿Vale la pena sostener esa muralla?
Es cierto que si derribas esa muralla eres más vulnerable.
Pero vivir sin levantar murallas, sin protegerse, sin estar a la defensiva es de valientes
PEDIR AYUDA ES DE VALIENTES
Hay personas que no piden ayuda por orgullo.
Yo creo que el fondo es porque tienen miedo a ser rechazados y para evitar ese dolor construyen una muralla cada vez más alta, auto marginándose a la soledad.
¿Vale la pena?
Para mí no vale la pena.
Deja de querer ser una heroina a la espera de una medalla.
Permítete que otros cuiden de ti y te digo permítete porque a veces no es que no tengas personas que te quieran sino que no dejas que te quieran, que te ayuden, que te provean de cariño y atención.
Si quieres saber en qué áreas de tu vida necesitas ayuda utiliza la siguiente herramienta que he llamado la Rueda Salvavidas.
El objetivo es que identifiques qué áreas de tu vida pueden mejorar y cambiar en positivo si pides ayuda.
1.Escribe las áreas de tu vida en las que crees que necesitas un cambio
Estas áreas pueden ser: emocional, profesional, familiar, financiera…las áreas que tú consideres.
2. Elige un área específica
Por ejemplo, área familiar.
3. Pregúntate ¿Qué cambios quiero hacer o qué problemas quiero solucionar?
En mi caso yo necesito trabajar aún en la manera de comunicarme con mis hijas.
4. Escribe un objetivo que te ayude a hacer el cambio o a solucionar el problema
En mi caso mi objetivo es ser más asertiva. Decir las cosas bien, sin lastimar ni ofender a nadie.
5. Escribe tantos objetivos y/o cambios que quieras hacer o alcanzar
Céntrate en 3 objetivos. Cuando los hayas alcanzado puedes continuar con los demás.
6. Revisa cada objetivo y decide si quieres conseguirlo sola o quieres pedir ayuda
Si el objetivo es compartido con otras personas que pueden ayudarte, animarte, alentarte, reconocerte…será más viable.
Si no, puede costarte más.
Siguiendo con mi ejemplo yo puedo hablar con mi familia de mi objetivo de ser más asertiva y pedir de vez en cuando su opinión respecto de la manera en que les digo las cosas.
Si no mejoro, puedo pedirles que me digan en qué puedo mejorar.
Para mí será más fácil y reconfortante saber que hay personas dispuestas ayudarme a mejorar.
Y, ¿ahora qué? ¿estás dispuesta a pedir ayuda?
¿Derribarás esas murallas que no tienen sentido?
¿En qué áreas de tu vida te vendría bien un poco de ayuda?
Me encantará saberlo.
Escribe tus comentarios aquí abajo.
¡Un abrazo!
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