Guardo un recuerdo de cuando era niña. Es una imagen en la cual mi madre está estirada en la cama leyendo un libro. Al observarla desde lejos yo pude percibir la satisfacción y concentración que ella parecía estar sintiendo al leer. No sé qué libro leía, ni tampoco me interesé en ver de qué trataba. Solo me quedé con la sensación de que algo maravilloso aportaban los libros.
Amé los libros desde entonces. Transmitirme el amor por los libros fue uno de sus regalos. No tuvo que decirme, ¡Ruth lee! Desde aquel día comencé a leer con avidez cualquier cosa escrita que pasaba por mis manos.
Hoy que es el día de la madre, pienso en todas las madres que en silencio hacen grandes regalos a sus hijos. Regalos de verdad. Aquellos que te hacen crecer. Aquellos que no son de usar y tirar.
Hoy como madre me doy cuenta de lo importante que es educar a nuestros hijos a través de lo que somos y de lo que amamos. Porque los sentimientos, las emociones, los principios y los valores se contagian.
¡Feliz día a todas las mamás!
¡Feliz día mamá!
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