¿Cuál es el secreto para educar hijos inteligentes, emocionalmente inteligentes? No me refiero a esa inteligencia que permite sacar buenas notas. Hablo de una de las otras inteligencias, la que te ayuda a ser feliz.
¿Qué necesitan nuestros hijos para desarrollar esa inteligencia emocional?
Requiere tu tiempo y tu amor incondicional. Ese amor que no se da y se quita en función de si se ha portado mal o bien. Ese amor que le hace sentirse querido, valorado e importante. Ese amor que no está condicionado a cómo se porta su padre contigo. Ese amor que no cambia según como te haya ido el día.
A veces, confundimos nuestra función de padres con la de unos simples proveedores de cosas.
Yo no soy madre solo para colmar a mis hijas de cosas que yo no he tenido. Para que vivan lo que no he vivido. Para que disfruten de lo que no he disfrutado.
No pienses que soy perfecta, ni mucho menos. Durante una época de mi vida las malcriaba en lugar de educar.
Ahora ser madre para mí es enseñarles a valorar las cosas. A ser agradecidas. A amar la vida. A respetar su entorno. A sentirse queridas y a dar cariño.
Estas cosas no se aprenden con una nintendo, play, tablet, ni con un móvil de última generación.
Es verdad que los niños reciben con ilusión estos regalos, pero no sustituirá jamás tu tiempo, tu amor, tu comprensión y tu presencia (estar pendiente de ellas sin pensar en otra cosa- problemas, cosas que hacer, etcétera).
No me mal interpretes. Dale regalos a tu hijo, pero pocos. Eso sí, regálale tu presencia, tu comprensión, tu amabilidad, tu firmeza, tu guía. No hay mejor regalo.
Hoy te traigo una guía para qué conozcas mejor las etapas por las que pasa tu hijo entre 3 a 5 años.
Sigue leyendo.
LOS 5 MOMENTOS MÁS IMPORTANTES DE LA INFANCIA DE TU HIJO
Yo parto de la idea de que si una madre hace algo que daña a su hijo no lo hace por mala. Lo hace porque no sabe cómo hacerlo de otra manera.
Ese es mi trabajo. Aportarte otro punto de vista. La elección de cómo educar a tus hijos es tuya.
Si tienes en cuenta las pautas que te doy ayudarás a tus hijos a desarrollar su Inteligencia Emocional. Prevendrás posibles trastornos de aprendizaje, de conducta e inclusos trastornos psicológico-emocionales.
Si no leíste el post anterior : El secreto para criar y educar niños sanos e inteligentes: Guía para niños entre 0 y 2 años, sigue este enlace.
Si no te da tiempo a leerlo, te hago un pequeño resumen.
Fase I: autoorganización física
Ocurre durante el embarazo hasta el año o año y medio. Si cuidas del proceso de gestación de tu hijo cuidando tu salud, tu alimentación, tu descanso, etcétera, facilitarás a que tu hijo estabilice sus esquemas físicos: ondas cerebrales, estado de despierto y dormido, nivel de excitación, atención, respiración, etcétera.
Si no te cuidas en esta fase puede que tu bebé sea vea afectado en su desarrollo normal, sobre todo a nivel psicológico-emocional.
Estudios recientes demuestran que los niños que no son atendidos quedan afectados a nivel emocional y psicológico. Durante su vida pueden padecer trastornos alimentarios (anorexia, bulimia); trastornos del sueño (insomnio, hipersomnia); mayor sensibilidad a las infecciones; retrasos de crecimiento; y retraso en el desarrollo psíquico.
Fase II: organización sensorial
A los 6 meses, poco a poco, es capaz de dirigir su atención, su concentración, su percepción.
El ambiente que le rodea es algo a descubrir y a la vez algo que le genera incertidumbre. No sabe qué puede esperar.
Por eso necesita que tú le digas qué pasará, qué haréis, dónde iréis, quién viene, etcétera.
Cuanta mayor información menor sensación de incertidumbre tendrá tu niño.
Si le falta este apoyo puede experimentar ansiedad, cosa que dificultará el desarrollo de su permanencia sensorial. Es decir, el uso de los sentidos de la vista, oido, olfato, gusto, tacto como vías por las que obtiene información de su entorno.
Fase III: organización sensomotriz
Hasta este momento el niño – aproximadamente a los 2 años- sabe que existe un entorno que cambia pero que algunas cosas permanecen (rutinas diarias).
Sabe que existen personas que le quieren y que le estimulan a que explore su entorno guiándoles con cariño y paciencia.
Gran parte de la información que sabe, proviene de lo que los adultos le dicen.
En esta fase el niño se da cuenta de que él también influye en el entorno.
Integra poco a poco su esquema sensorial y motriz a medida que juega, ojea un cuento, escucha historias, explora.
EDUCAR HIJOS SANOS E INTELIGENTES: GUÍA PARA NIÑOS ENTRE 3 Y 6 AÑOS
Fase IV: organización de la personalidad
Hacia los 3 años se percibe a sí mismo como alguien diferente y separado de los demás y del entorno. Es capaz de pensarse a sí mismo (representaciones mentales). Juega imitando lo que ve en casa y en otros sitios: a mamá y papá, a la cocinita, a la escuela…
El juego simbólico le ayuda a que aprenda a coordinar emociones, discurso (lenguaje), memoria y previsión. De ahí la importancia de jugar con tu hijos.
Por favor, limítale el tiempo de televisión, juegos en ordenador, tablet o móviles.
A esta edad también aparece el engaño, dar información falsa para despistar.
Según Gilligan es una etapa donde el niño es egocéntrico. Todo lo quiere para él. Esa atención a sí mismo y la incapacidad de pensar en las demás personas y sus necesidades le asegura su supervivencia.
Si no quiere prestar sus juguetes, no es que sea malo. Todavía no es capaz de pensar en los demás.
Yo lo veo a menudo. Te explico un ejemplo.
Jesús quiere una pala. Busca con la mirada y ve que Manuel tiene una. Va hacía él y se la quita. Manuel con el tirón, entre asustado y enfadado, comienza a llorar. Yo me acerco y pregunto:
-Jesús, ¿qué ha pasado?
-Quiero la pala para jugar.
– Manuel ¿qué ha pasado?
-Es mía- dice, estirando la mano para quitarle la pala.
-Devuélvesela, Jesús. Para que te preste la pala se la tienes que pedir antes. Ahora pídeselo prestada, por favor.
-Manuel, préstame la pala.
-¡No! Es mía- dice Manuel.
-No te preocupes Manuel. Continúa jugando con tu pala. Luego volvemos a preguntarte para que nos prestes tu pala, si quieres, ¿vale?
– ¿Vamos a buscar otra pala Jesús? Por allá veo algunas.
– Vamos- dice.
No obligo a Manuel a compartir. Cuando no esté a la defensiva le explicaré que si comparte, los demás también le dejarán sus juguetes.
Arrebatarle su juguete y obligarle a compartir a esa edad no le ayuda. Pronto aprenderá el beneficio de compartir y lo maravilloso que es tener amigos con quienes jugar. Pero aún no está preparado. Lo estará a medida que le haga sentir que él también puede decidir y descubra que jugar con otros niños es divertido.
Si ves que no quiere compartir sus juguetes, respeta su decisión. Eso sí, explícale por qué es bueno para él que comparta.
Para estimular el desarrollo de su Inteligencia Emocional, te recomiendo:
- Jugar mucho con él
- Enseñarle palabras nuevas
- Ayudarles a poner nombre a sus emociones y sentimientos
- A pensar con claridad aunque esté frustrado
- A buscar soluciones en lugar de querer salirse con la suya
Fase V: organización social
No todos los niños llegan a esta fase solo por cumplir 4 o 5 años. Es necesario que hayan adquirido las habilidades previas:
- Establecer vínculos de confianza y seguridad con los adultos (entre 0 y 18 meses)
- Tener cierto nivel de rutinas en su día a día para que reduzca el nivel de incertidumbre y ansiedad (18 meses en adelante)
- Saber que él también influye en el entorno ( 24 meses en adelante)
- Ser capaz de tener representaciones mentales (hacía los 3 años)
Esas habilidades adquiridas previamente le ayudarán a pasar por la fase de organización social mejor preparado. En esta fase tu niño deberá:
- Socializarse con los demás: tener en cuenta sus necesidades y la de los demás a la vez
- Cooperar
- Adaptarse a los cambios e imprevistos
Todo ello sin dejar de ser uno mismo.
Un niño que es capaz de decir a los demás lo que piensa, defiende su postura, defiende a los compañeros, es capaz de ayudar a otros cuando lo necesitan, está adquiriendo una buena capacidad de permanencia social. Es decir, su inteligencia emocional y social.
Quizás te estés preguntado por qué es mas importante que aprendan a socializarse con los demás en lugar de que sepan distinguir los colores, reconocer algunas letras, saber dibujar, y todas esas cosas que le enseñan en el Kinder o Parvulario.
Para aprender tu hijo necesita sentir que puede confiar en sus propias capacidades. Pensar con claridad cuando esté frustrado y encontrar una solución a su problema (montar un puzzle, agarrar bien un lápiz, ponerse la camiseta solo…).
No podrá ser un buen estudiante si es inseguro. Si en lugar de participar prefiere protegerse para que no le hagan daño cuando se equivoque. No tendrá curiosidad para experimentar.
Si tienes un hijo que es un buen estudiante, aún no tiene el éxito asegurado. ¡ Tiene un 20%! Solo un 20 por ciento que le ayudará a tener una buena vida. Y ¿qué pasa con los otros 80?
Corresponden a la Inteligencia emocional. Ser buen estudiante no le asegura el éxito en la vida. Le facilita, sí. Tus hijos tienen que estudiar y también desarrollar su Inteligencia Emocional.
¿Qué pasa después de los 5 años ?
Pasado los cinco años, la socialización cada vez es más compleja y requiere de más habilidades.
El niño debe adecuar su conducta a las diferentes situaciones sin dejar de ser él mismo. Pero antes de dominar su conducta debe haber aprendido a dominar el entorno con ayuda del lenguaje. Este discurso interno le ayudará a planificar (desarrollo cognitivo).
Por eso para resolver un problema es necesario un buen manejo y conocimiento del lenguaje:
-para expresar lo que siente
-y planificar su actuación para resolverlo.
Los niños que no son capaces de manejar las dificultades y problemas porque no saben expresar lo que sienten, porque les cuesta pensar con claridad, porque son impulsivos y están casi siempre de mal humor y a la defensiva, son niños que posiblemente presenten un trastorno de conducta.
Pero tranquila, es algo que se puede resolver. Para ello has de saber si tu hijo tiene un trastorno de conducta y luego planificar cómo ayudarle. Que la palabra trastorno no te haga pensar que es algo que no se puede solucionar. Es solo que necesita otro tipo de ayuda.
Sigamos con el desarrollo normal del niño.
El lenguaje ayuda a los niños a ser sujetos y objetos de su propia conducta.
Nosotras también usamos el lenguaje para planificar.
Tus tareas son:
- Ofrécele frases con las que pueda regular su propia conducta mientras hace algo. Por ejemplo, si suele bajar las escaleras sin cogerse del pasamanos y tu le echas la bronca para que se sujete puedes sugerirle que repita: ‘Bajo las escaleras despacito, sujetándome a la baranda’.
Para cada cosa que le enseñes, enséñale una frase que le ayude a organizarse mentalmente.
- Para lavarse las manos: ‘Primero me pongo el jabón, me lavo las manos y me las seco bien’.
- Para hacer castillos de arena: ‘Lleno de arena el cubo, le doy golpes con la pala y lo volteo’.
- Para bajar del tobogán: ‘Subo las escaleras despacio, me siento con cuidado y resbalo’
Haz la prueba y verás cómo le ayuda.
El lenguaje a su vez ayuda al desarrollo cognitivo y este a su vez a la capacidad de interactuar con los demás.
Cuando un niño de 5 años sigue pegando, insultando, montando sus pataletas, etcétera, con bastante frecuencia es porque o tiene un trastorno de conducta o no sabe aún que puede conseguir lo que quiere de una manera correcta y saludable para él y su familia.
En definitiva, educar un hijo sano e inteligente no es machacarle para que aprenda un montón de cosas y tú puedas fardar por ahí de lo que sabe para lo pequeñito que es.
Se trata de que le enseñes a conocerse a sí mismo. A confiar en sus propias capacidades. Que perciba que puede contar contigo, incondicionalmente. Que sea capaz de ponerse en el sitio de los demás. Que resuelva sus problemas de una manera saludable (sin caer en la depresión, el consumo de drogas, etcétera).
Quien tiene que desarrollar esas habilidades primero para poder enseñarlas a sus hijos, eres tú.
Él aprenderá viéndote cómo te relacionas con los demás. Cómo tratas a tu pareja. Cómo tratas a tus amigos. Cómo te diviertes. Cómo reaccionas ante un problema.
Para mí lo más importante es que:
-Escuches con el corazón a tu hijo, sin juzgarlo.
-Le ayudes a que encuentre las soluciones a sus problemas, evitando la tentación de solucionarles tú su vida.
– Pases mucho tiempo con él, hablando, jugando, paseando, descubriendo, creando.
Y seguro, seguro, que gran parte de los conflictos que hay en casa serán pasajeros y los podrás resolver sin llegar a hacer daño a tu hijo, ni él a ti.
Y cómo siempre te invito a comentar, a hacerme preguntas, a explicarme un caso que conozcas, a sugerirme temas; lo que tú necesites para que puedas educar unos hijos sanos y emocionalmente inteligentes.
Si quieres comentar en privado, sigue este enlace.
¡Que tengas una feliz semana!
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