A quién no le ha pasado que volviendo a leer un libro ha podido descubrir ciertas cosas que en una primera lectura ni se había percatado. Fue justamente lo que me paso cuando releí el libro de Victor Gay titulado Filosofía rebelde.
Este periodo de crisis u oportunidad ( depende de como se mire) nos somete a pruebas que a veces podemos vivirlas como injustas para nosotros porque sencillamente no formaban parte de nuestros planes de futuro. Estas situaciones pueden ser una oportunidad para crecer o, todo lo contrario, un problema, un bache.
Si afrontamos los problemas o retos desde una actitud arrogante, criticaremos, dudaremos y nos burlaremos de todo lo que consideremos que no es digno de nosotros porque queremos proteger nuestra autoestima. Haremos todo lo posible por no cambiar nuestra postura ante la vida. No nos adaptaremos a las circunstancias.Vivir la vida desde esta actitud arrogante es ineficiente e insostenible pues no permite evolución ninguna. Impide el proceso de desarrollo natural del ser humano.
La arrogancia está sustentada por los esquemas mentales que hemos ido construyendo a lo largo de nuestra vida.Y no es que los esquemas mentales o creencias sean malos en sí mismos. Lo importante es saber identificar si nuestras creencias son limitantes o potenciadoras. Si nos llenan de energía o nos la disminuyen. Si nos condiciona a vivir la vida como victima o como protagonista. Si nos invita a la acción o nos paraliza.
Lo contrario de la arrogancia es la humildad. Si actuamos desde la humildad estamos más dispuestos a reconocer que existen muchas cosas que desconocemos. Cuando nos aceptamos tal como somos demostramos un interés verdadero por aprender, por conocernos. El autoconocimiento es un proceso de aprendizaje que facilita nuestra transformación a través de la construcción de creencias potenciadoras.
La elección de cómo vivir nuestra vida está en nuestras manos.
Ruth, muy interesante!!