No te ha pasado alguna vez estar en algún sitio, trabajando, hablando, estudiando…y pensar qué estoy haciendo aquí.
A mí sí. No es un sentimiento muy agradable pensar que no estás hecho para ese trabajo, formación, relación, etc. Tienes ganas de decir en voz alta : ¡Se acabó! Me voy! ! Tiro la toalla! O bien te descubres a ti misma diciendo: ¡Tú no vales para esto! ¡A quién quieres engañar! ! Mira lo que pasa por buscar algo mejor! Ya me lo decía mi madre, «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer».
Tienes la sensación de ser quien no eres. De estar en un sitio equivocado. De vivir una vida que no mereces o de estar perdiendo el tiempo. Porque si fuera la vida que soñaste, no estarías trabajando en esa empresa, no estarías estudiando esa carrera, ni manteniendo esa relación, ni siquiera pasando el rato con esos amigos…
Pero cuidado, pensar así hace que no te entregues al cien por cien en lo que haces a cada momento y justificas tu mediocridad haciendo responsable de los fallos de tu vida a los demás. «No trabajo al cien por cien porque ese trabajo es una basura» » Me conformo con aprobar pues no hay quien entienda qué es lo que quiere ese profesor» » No le entrego todo mi amor porque no sé si quiere algo más serio conmigo»
Cuando vas por la vida entregando el 50% de lo que eres, solo recibes el 50% de lo que los demás son.
Llegados a este punto te estarás preguntando: ¿ Cómo puedo empezar a vivir la vida que quiero y no la que las circunstancias me obligan a vivir?
Antes de contestar a esa pregunta, sin ánimo de auto engañarnos, tienes que ser consciente de que las obligaciones familiares y las facturas estarán ahí, a fin de mes. Y quieras o no tienes que pagarlas.
Y aunque te tranquiliza pensar que necesitas dos vidas, una para cumplir con tus obligaciones y otra para hacer lo que realmente quieres, ¡ Solo Tienes Una! Como el resto de los mortales.
¡¿Entonces qué hago?!
¡Pues adelante, da el primer paso y empieza a vivir la vida que realmente quieres!
Pero no es tan fácil. Los que tenemos la dicha de ser padres, o de trabajar, o de estar con su pareja bien pero no como uno soñaba, sentimos que tenemos, digámoslo así, muy poco margen de actuación para acometer un cambio.
No podemos salir a lo loco y hacer un cambio radical. La familia, las facturas, los compromisos no desaparecerán.
Por otro lado, no puedes quedarte esperando a vivir algún día la vida que soñaste viviendo tú única vida a medio gas. Brillando a media luz.
Sí puedes permitirte un cambio y vivir la vida que quieres, ¿a qué esperas? Si realmente lo deseas y estás dispuesto a pagar el precio, lo conseguirás.
Y los que no podemos ir detrás de nuestra vida soñada, ¡¿ Qué hacemos?!
Muy simple: ama lo que haces en cada momento.
La felicidad no está en hacer lo que queremos sino en querer lo que hacemos. Jean Paul Sartre
Sí, es muy sencillo de decir pero estarás de acuerdo conmigo que amar un trabajo, carrera, pareja, amigos, en síntesis, amar esa vida que no nos llena es muy difícil.
Pero eso no te excusa de dar lo mejor de ti y amar cada pequeña o gran acción tuya.
Inténtalo. Ama lo que haces y pronto te darás cuenta de que cuanto más das, más recibes.
No pierdas la única vida que tienes quejándote de tu vida, tu familia, trabajo, carrera, amigos.
Entrégate a cada actividad por pequeña que sea con toda el alma.
Si la vida te pone más problemas que oportunidades ten el coraje de aprender y desarrollar habilidades que te permitan afrontar dichos problemas. Soñar con vivir una vida sin problemas es una utopia. Una ilusión.
Te aseguro qué, tarde o temprano, dar lo mejor de ti mismo, hacer lo que haces con amor y pasión, amarte por quien eres en este periodo de tu vida, te ayudará a alcanzar tu sueño de vivir como realmente quieres a pesar de que aún no tienes el trabajo, ni la carrera, ni la pareja, ni los amigos, ni la vida que sueñas.
¿Sabes por qué? Porque estarás eligiendo ser la mejor versión de ti mismo hagas lo que hagas.
Si ya eres padre, un regalo que puedes hacerle a tu hijo es enseñarle a amar lo que uno hace más que a hacer lo que uno quiere. Ellos seguirán tu ejemplo.
Recuerda
¡Hoy es un buen día para empezar!
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