
Esta historia es real, por desgracia existen sinvergüenzas que creen que pueden hacer contigo lo que les da la gana.
Imagínate en esta situación:
Eres una chica joven que estás buscando trabajo y ves que uno de esos anuncios de Infojobs llama tu atención. Se trata de un puesto de azafata de eventos relacionado con el mundo empresarial y marketing (sectores que a ti te gustan un montón).
Haces una primera entrevista y te dicen que estás seleccionada para hacer 8 horas de prueba entre las 15:00 y 22:00 horas. Hasta el día de la prueba has intentado preguntar, tímidamente, de qué va exactamente el trabajo. Tienes una idea de que se tiene que vender algo pero no sabes exactamente qué. La información que te dan es tan ambigua pero a pesar de ello quieres darles un voto de confianza porque te van repitiendo que es una buena oportunidad y que en breve lo sabrás.
Mientras esperas a que te den más información, te sientes agobiada y nerviosa pero te auto convences a ti misma descartando la idea de que todo ese montaje sea un timo. No puede ser que con tremenda oficina que tiene esa empresa todo sea un engaño.
Mientras esperas pacientemente para saber de qué exactamente va el trabajo, te sorprende y asusta un poco que te digan que te llevarán en coche, junto a tres chicas más al punto donde se supone te enseñarán qué es lo que realmente hay que vender.Tú subes al coche pensando que seguro te llevarán a una sala de conferencias donde te explicarán el producto que hay que vender, el sueldo, etc. etc…
De repente, te ves viajando a saber tú adónde y a saber tú con quiénes y te empiezas a poner más nerviosa de lo que estabas porque desconoces dónde te llevan junto a las otras chicas,de quienes también parece ser su primer día de prueba.
Intentas tranquilizarte a ti misma pensando en que una vez que lleguen al destino te explicarán…A medida de que el viaje se va haciendo más largo, sientes que te has metido en un gran lío. Ante la falta de información empiezas a hacer tus propias deducciones: ¿acaso se trata de un secuestro? ¿acaso es una red de prostitución? …pensar así te espanta.
Coges coraje, respiras y decides hablar con el supuesto encargado que conduce el coche a toda velocidad y evade cualquier pregunta que le has ido haciendo para sacar más información. Él te dice que tranquila, que ya lo hablarán después, que una vez llegado al punto de trabajo te enseñará lo que tienes que hacer.
Mientras miras por la ventanilla del coche que va dejando las casas atrás a toda velocida, te acuerdas de lo que dijeron tus padres ese dia por la mañana: » Si ves que no te gusta al máximo de una hora, ves que hay algo raro, les dices que no te interesa y te vienes a casa». Te martirizas pensando por qué no dijiste que ¡no! ¡Que no ibas a ningún sitio! Por qué esperaste hasta llegar al punto de no saber a dónde ibas, con quién, a qué y sobre todo si todo ibas a volver a casa.
Sientes que no tienes el control de la situación y efectivamente así parece.
Por fin llegan al punto de trabajo y respiras aliviada cuando te dicen que lo que hay que vender son unas pegatinas de una empresa de «Seguridad» ( la palabra seguridad te suena tán irónica) y unos filtros para el agua, o algo así. Todo lo que el encargado dice te suena tan lejano porque te sientes en peligro. No pones atención en lo que te dice sino en volver a casa, sana y salva.
Respiras hondo y te llenas de valor para decirle a tu evasivo jefe que el trabajo no te interesa y que no vas a perder tu tiempo y no se lo vas a hacer perder a él.Él visiblemente enfadado te coge del brazo, para alejarte del resto de chicas que también están asustadas pero no dicen nada, para decirte que no das con el perfil y que no tienes posibilidad de formar parte de esa «empresa». Tú le contestas que tampoco tenías ninguna intención de trabajar para ellos, lo cual le enfada todavía más.
Como es normal, sin saber dónde estás y cómo volver a casa le pides que te lleve a la estación de tren más cercana. Él, que sabe que estás en desventaja, te dice que tienes que esperar en el coche hasta las 22:00, que es la hora en que acaba su turno para volver a Barcelona. Te dice que tampoco puede llevarte a la estación porque está a 45 minutos en coche y no va a perder su tiempo. Te dice que si quieres puedes tomar un autobús que pasa a las 20:00, o algo así, y que tendrías que averiguar por dónde pasa. Aquella persona que parecía amable de repente se había quitado la máscara y mostraba sin descaro su falta de respeto y su crueldad. ¿Acaso no se le pasaba por la cabeza que en un pueblo desconocido, con unas pocas casas iluminadas, el camino de carretera y mucha oscuridad podía pasarte algo?
Le insistes que te lleve a la estación, mientras él camina casas arriba y abajo sin pararse a escuchar. Le dices que no sabes dónde estás y parece que le da igual. Te da la espalda y se aleja sin escuchar lo que dices.
Sin saber qué hacer por fín decides llamar a tu madre. Estás bloqueada y no sabes sí sentarte al borde de la acera y ponerte a llorar por lo inocente que fuiste. Te contienes y le explicas a tu madre a grandes rasgos lo que pasó. Tu madre se enfada mucho con la susodicha empresa y te dice que tomará acciones legales más tarde. Lo principal para ella es que vuelvas a casa. Te recomienda que busques un Bar, preguntes dónde estás y cómo puedes llegar a la estación de trenes y que pidas por favor el teléfono de un radio taxi del pueblo. Para tu sorpresa te dicen que por ese pueblo no pasa el bus, que no hay radio taxi pero que la estación está a cinco minutos y te ofrecen llevarte ( estás incumpliendo una de las normas clave de no subirte al coche de personas extrañas, pero no tienes opción). Tienes tu madre al teléfono para asegurarte de que te llevarán a la estación y por fín poder volver a casa.
¿Cómo te sentirías?
¿Indignada, dolida, estafada, ninguneada…?
¿Cómo pasó todo eso?
Imagínate el mal trago que se hubiese ahorrado la muchacha de la historia si en cuanto vio que las cosas pintaban mal hubiese dicho con educación que no le interesaba el trabajo y no iba a hacer ninguna prueba sin saber exactamente a dónde iba y a qué.
Pero más allá de la falta de experiencia, que la adquirimos con los años, para mí lo esencial es que muchas de nosotras no sabemos decir que NO.
Cada día nos enfrentamos a situaciones en las que las demás personas intentan que hagamos lo que ellas quieren ( ya sea deliberadamente o no).
Si tienes muy arraigado en tu interior que está muy mal visto decir que no, harás todo lo posible por evitar sentirte mal, evitarás que te tachen de mal educada, poco colaboradora… Es decir, por mantener la tranquilidad, la paz, la armonía, por no causar mal rollo en el ambiente, harás lo que los otros esperan de ti y no lo que realmente quieres.
El porqué de esta tendencia a reprimirnos y a ceder ante las exigencias de los demás tiene sus orígenes en nuestra niñez. En los mensajes que nos quedaron grabados cuando eramos pequeños.
¿Te acuerdas de los mensajes que te decían a ti para conformar a los demás?
-Sé bueno y haz caso siempre.
– No le digas que no porque se enfadará.
– Tú no digas nada.
-Calladita estás más guapa.
– Tú como las #^*#* ver, oír y callar.
Y muchas más del estilo. Normal que ante una situación donde tienes que AUTO AFIRMARTE sientas que estás haciendo lo incorrecto porque quieres evitar que alguien se enfade, quieres evitar sentirte culpable por no ser buena o incluso quieres complacer para demostrar que tú vales.
Déjame decirte que DECIR NO, en las ocasiones que haga falta, es mucho más útil que hacer lo que los demás quieren que hagas, digas, pienses y sientas.
Si estás incómoda, di que no quieres sentirte así. Si algo no te gusta, di que no te gusta. Al auto afirmarte no avasallas al otro sino le haces saber qué es lo que aceptas y qué no. Ahora, ojo, tienes que practicar a decir que no sin sentirte mal por ello.
Una última cosa, no enseñes a tus hijos a decir a todo que Sí. Enséñales a reconocer que cuando sientan que hay algo o alguien que le incomoda, le hace sentir mal… no tiene por qué aguantar en silencio : que diga que ¡No!
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