Antes de conocer y usar esta herramienta que te presento hoy, yo no tenia ningún control sobre los pensamientos que rondaban en mi cabeza.
Como en toda familia, no faltaban las preocupaciones en la mía.
Es más pensaba que preocuparme era signo de que las cosas me importaban. Así que yo me preocupaba muy pero que muy bien.
Si a esas preocupaciones le añades mi ex-tendencia a rumiarlo todo el resultado era un tremendo dolor de cabeza acompañado de un sentimiento de impotencia y de frustración.
Ahora me doy cuenta de que era una exageración preocuparme tanto por haberme olvidado apuntar el consumo del agua o de la luz.
Preocuparme por cómo me las iba a arreglar los viernes para recoger a mis hijas de la escuela, todavía estaba justificado.
Pero preocuparme porque los polos del planeta se están descongelando y en 20 años posiblemente no tengamos playa, si que era una exageración (y ojo que estoy a favor de la conservación del medioambiente).
LA CLAVE ESTÁ EN DISTINGUIR QUÉ ES LO REALMENTE IMPORTANTE
La herramienta de Coaching que hoy pongo a tu disposición es muy poderosa.
Si quieres profundizar más puedes consultar el libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen Covey.
¿Cómo funciona?
PRIMER PASO: identifica tus preocupaciones
Haz dos círculos.
El primero es el Círculo de Preocupaciones y dentro de éste dibuja el Circulo de Influencia.
En el primero apunta todo lo que te preocupa.
Para un mejor orden agrupa tus preocupaciones separándolos en los diferentes ámbitos que conforman tu vida: salud, trabajo,hijos, relación de pareja, estudios, dinero.
Un ejemplo de las preocupaciones más frecuentes en estos ámbitos pueden ser :
A. Salud
– Me preocupa perder tono muscular y estar fofa.
– Me preocupa engordar.
– Me preocupa no poder ganar peso.
– Me preocupa que algo se esté gestando en mi interior por no hacerme las revisiones ginecológicas correspondientes hace años.
– Me preocupa que el brote de Ébola llegue hasta aquí (igual podemos decir la gripe aviar…lo que la empresa farmacéutica ponga de moda).
B. Trabajo
– Me preocupa perder el trabajo.
– Me preocupa no poder dar la talla en el cargo que ocupo.
– Me preocupa no tener la suficiente autoridad para que me hagan caso.
– Me preocupa la crisis que parece que no acaba.
– Me preocupa no conseguir trabajo.
C. Pareja
– Me preocupa que conozca a otra persona y me deje.
– Me preocupa no poder tener la misma libertad al vivir en pareja.
– Me preocupa quedarme embarazada.
– Me preocupa acostumbrarme a él o a ella y luego no poder dejarlo.
D. Hijos
– Me preocupa sus malas calificaciones.
– Me preocupa su mala cabeza y que no tenga interés ni por estudiar ni por trabajar.
– Me preocupa sus constantes dolores de cabeza.
– Me preocupa que cada vez me falte más el respeto y no me haga caso.
– Me preocupa que un día llegue incluso a agredirme.
– Me preocupa que conozca gente mala que le lleve por el mal camino.
– Me preocupa que no acabe los estudios.
– Me preocupa que no consiga trabajo.
– Me preocupa que no gane lo suficiente para vivir decentemente.
– Me preocupa que vengan tantos inmigrantes que vienen a “quitar” el trabajo a mi hijo (obviamente no estoy de acuerdo pero todavía hay gente que piensa así).
– Me preocupa que mis hijos tengan que emigrar.
Como habrás notado estar preocupada por todo y nada consume mucha energía mental.
SEGUNDO PASO: prioriza y elige en qué preocuparte
Una vez hayas listado tooodas tus preocupaciones, elige solo aquellas en las que tú puedes hacer algo (solucionar, ayudar, cambiar, inspirar…) y pásalas al Circulo de Influencia. Al circulo interno y olvídate del resto.
Por ejemplo, en mi lista de preocupación figura esta: me preocupa perder tono muscular (los años no pasan en vano).
Me pregunto ¿Yo puedo hacer algo al respecto?
Si la respuesta es afirmativa hago una lista de las cosas que puedo hacer para mantenerme en forma como beber más agua, eliminar las bebidas gaseosas, comer más frutas y verduras, comer menos pastas y otras harinas refinadas, hacer ejercicio habitualmente, no quedarme tantas horas mirando televisión y salir a correr en lugar de vegetar. Tener hábitos más saludables que me ayuden a tener más energía física y mental.
TERCER PASO: sigue un plan para darle solución a tus preocupaciones
La cosa aún no acaba 🙂
Lo siguiente es ocuparte de cumplir tus tareas. Es decir, cumplir con tus objetivos, la consecución de los cuales te ayudará a eliminar tu preocupación inicial.
Para cumplir necesitarás un plan. Cuanto más detallado sea, más eficaz será.
Si retomamos el ejemplo de mantener un estado físico saludable, un plan detallado según mi punto de vista contemplaría lo siguiente:
- Eliminar las gaseosas de mi alimentación; puedo decidir tener solo agua en casa, así evito tener la tentación de beber.
- Comer más frutas y verduras; puedo decidir tomar fruta a media mañana y media tarde en lugar del bocadillo o el café y croissant, para ello he de acordarme de tener siempre fruta en casa.
- Hacer más ejercicio; puedo decidir apuntarme a una clase de baile, yoga, salir a correr, dar un paseo cada tarde.
No todo es tan fácil. Hay cosas que seguro te preocupan y que desafortunadamente no está en tus manos solucionarlos.
CÓMO DEJAR DE PREOCUPARTE EN LOS ASUNTOS EN LOS QUE NO PUEDES HACER NADA PERO TE AFECTAN
Ante las preocupaciones tipo:
- Me preocupa que mi pareja conozca a otra persona y me deje, no podemos hacer nada directamente.
No se te ocurriría incomunicar a tu pareja. Prohibirle que vea a sus amigos y amigas. Controlar cada cosa que hace para evitar que conozca a alguien.
Lo que conseguirías es todo lo contrario de lo que quieres evitar: que te deje porque no aguanta el agobio de verse controlado.
En este tipo de preocupaciones como no podemos hacer nada directamente lo que ayudaría es ocuparse de hacer cosas que si que está en nuestra mano como ser más comprensiva, controlar los celos, confiar más en una misma.
¿Qué consigues?
Dejar de preocuparte por cuestiones en las que no puedes influir directamente y centrarte solo en aquellos asuntos en los que si puedes hacer algo.
UNA PEQUEÑA HISTORIA SOBRE LA PREOCUPACIÓN
El otro día usé esta herramienta con una de mis alumnas que encontré llorando en el pasillo.
-Yo-¿Puedo hacer algo para ayudarte? Parece que no te encuentras muy bien ¿Es así?
– No – me contestó, con tristeza.
– Si me lo explicas puede que encontremos una solución al problema que te preocupa- le dije.
– Es mi abuela, que tiene cáncer- dijo llorando.
– Cuanto lo siento por ti- le dije. ¿Está en el hospital curándose?
– No, esta en su casa en Almería y yo no la puedo ver. Lo que más me preocupa es que está sola con mi abuelo y se está muriendo.
– Ven conmigo – le dije. Le dibujé los dos círculos, el de Influencia y el de Preocupación y apunté todo lo que le preocupaba sobre la salud de su abuela en el Círculo de Preocupación. Lo leímos y le pregunté si ella podía hacer algo.
– No puedo hacer nada. Mi madre ni siquiera habla conmigo de eso -protestó enfadada.
– Yo te doy algunas ideas- le dije. Tú decides si alguna te sirve.Por ejemplo: no puedes estar con ella pero puedes llamarla para hablar con ella, eso la reconfortará. No puedes verla tan a menudo como quisieras pero puedes hacer un álbum de fotos chulo para que alguien se la lleve; la llenaríamos de dibujos, historias, anécdotas…¿Qué te parece?- le pregunté.
– Lo del álbum me gusta- dijo, ya más calmada. ¿Me ayudarás?
– Elige las fotos y lo hacemos.
Las preocupaciones suelen ejercer tal presión que resulta difícil no caer en el victimismo y pensar que nuestra vida es una agonía. Pero si queremos empezar a darle solución a nuestros asuntos pendientes y dejar de preocuparnos hemos de ponernos manos a la obra.
Espero que uses esta herramienta para mejorar tu calidad de vida.
¿Qué estrategia o herramienta utilizas para ocuparte de lo que realmente importa?
Me encantará leerte en los comentarios.
¡Un abrazo enorme y hasta la próxima!

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