Empieza el dia, en mi cabeza, mientras me ducho, me visto, desayuno voy pensando en un lista larga de cosas que tengo que hacer.
De tan solo pensar en todo lo que tengo pendiente me siento agobiada y de pronto sin apenas notarlo me pongo de mal humor.
Miro por la ventana y otra vez los metereológos se han equivocado con la predicción del tiempo. Llueve
¿No habia empezado el día bien? ¿Por qué me siento agobiada ?¿Por qué me molesta los sonidos que escucho?¿ Por qué siento que todo a mi alrededor me altera?
Me sorprendo a mí misma pensando en una tragedia: en cualquier momento las cuatro paredes caerán sobre mí y me aplastará.
Ante ese pensamiento tengo ganas de salir corriendo, de pedir a gritos auxilio, de huir, de sentir libertad y paz ¿No te ha pasado alguna vez?
Las personas reactivas se ven a menudo afectada por su ambiente físico. Si hace sol piensa «todo me irá bién» pero si llueve o el cielo está nublado «qué dia más triste, no sé ni para que me esfuerzo en levantarme de la cama si total el día no me acompaña».
Las personas proactivas «llevan consigo su propio clima». En otras palabras que el ambiente físico, los pensamientos, las emociones, sus relaciones interpersonales… si bien pueden afectarles como a cualquier ser humano, porque a más de uno nos gusta los dias claros y limpios, que nos valoren,que nos quieran… , deciden y eligen su respuesta ante las situaciones cotidianas.
Elegir una respuesta requiere responsabilidad. Como señala Csikszentmihalyi, en su libro Fluir. Una psicología de la felicidad, la ResponsHabilidad se basa en poner en juego dos factores: responder y habilidad para tener la habilidad de elegir la respuesta ante una determinada situación que nos puede afectar emocionalmente.
Quién actua proactivamente sabe que su conducta es producto de una elección consciente basada en sus propios valores.
En cambio, somos reactivos si otorgamos el poder a nuestro ambiente físico, a nuestro ambiente social (si nos tratan bien nos sentimos bien, si nos tratan mal nos sentimos fatal), si dejamos nuestra estabilidad emocional en otras manos.
Las personas reactivas se ven subordinadas por su ambiente, las condiciones, las circunstancias y los sentimientos. Las personas proactivas tienen la capacidad de subordinar sus impulsos a sus valores meditados, seleccionados e internalizados.
Lo que nos hiere o daña no es lo que nos sucede, sino nuestra respuesta a lo que nos sucede.
«Nadie puede herirte sin tu consentimiento» Eleanor Roosevelt
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