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Sigue leyendo si quieres saber qué le pasó a un niño.
Ricardo a los 8 años comenzó a sacar malas notas y a suspender en Matemáticas. Él sabía que su madre tenía varios problemas y por no incordiarla, normalmente, casi nunca le pedía ayuda.
Pero no podía seguir suspendiendo sin más, así que un día se animó y le pidió ayuda para que le explicara una cosa que no entendía.
Su mami, como estaba de mal humor, se lo explicó por encima, con desgano y de mala manera. Al ver que su hijo no entendía, le chilló diciendo que le parecía increíble que una cosa tan sencilla no pudiera hacerlo solo. Que ella a su edad esas cosas las hacía con los ojos cerrados, y así muchas cosas más que Ricardo prefiere no recordar.
Él se resignó y se fue a su habitación a intentarlo solo, pero no tuvo éxito. Cuando miraba sus deberes le daban ganas de tirar el cuaderno y olvidarse de todo.
Con el tiempo empezó a tener miedo de ir al cole, sobre todo a las clases de matemáticas ya que no se enteraba de nada.
Para no ir, algunas veces le decía a su madre que estaba enfermo. Otras veces, se hacía el dormido para llegar tarde.
Cuando no tenía más remedio que ir, su mayor objetivo era pasar desapercibido. Pero no podía ser el niño invisible de por vida. Así que comenzó a portarse mal para que lo echaran de clase. Al menos así evitaba hacer el ridículo delante de sus compañeros.
No era la mejor solución pero al menos no tenía que enfrentarse a las temidas matemáticas y sentirse un tonto delante de toda la clase…
¿Te suena haber conocido un caso así?
Uno de mis miedos como madre era que a mis hijas no les fuera bien en la escuela. En mi caso, el venir a vivir a un nuevo país donde el idioma oficial de la escuela no era el castellano, agravaba la situación.
¿Cómo podía yo ayudarlas con los deberes si ni siquiera sabía leer y escribir en ese idioma?
¿Cómo lo hice?
No te voy a mentir y decirte que fue fácil y que todo salió a la perfección. Tuvimos nuestros fallos.
Ayudar a tu hijo para que no suspenda y le vaya bien en el cole supone horas de dedicación, supervisión, un poco de organización y trabajo en equipo: tu hijo, su maestra y tú (alumno-escuela-familia).
Aquí abajo te describo una lista de causas que pueden estar afectando al rendimiento académico de tu hijo y las soluciones a dichas dificultades.
Espero que te sea útil.
Si detectas alguna cosa en la que puedes incidir, te animo a hacerlo. Verás cómo mejora en la escuela tu hijo.
12 CAUSAS DE POR QUÉ A TU HIJO NO LE VA BIEN EN EL COLE
Una entrevista con la maestra de mis hijas era un motivo de preocupación para mí.
Creo que estamos tan acostumbradas que las reuniones se realicen solo para tratar asuntos que van mal que casi nadie puede evitar pensar que algo malo pasa con su hijo.
¿Si no por qué nos quiere ver la profe?
Yo pasé unas cuantas entrevistas y en algunas de ellas me decían en qué estaban fallando mis niñas. Yo escuchaba callada, pensando por dentro que cuando llegue a casa le iba a cantar las cuarenta a la niña en cuestión.
Nunca pregunté y ¿cómo la ayudo?
Sencillamente, me iba con la preocupación a casa, hablaba con mi hija (para ser sincera le echaba la bronca) y ya está. Fin de la ayuda.
Con los años y a medida de que iba ganando experiencia como mamá me di cuenta de los errores y horrores que cometí.
Si tu hijo no va bien en el cole mira que no sea por las siguientes causas que te describiré aquí abajo.
Si es el caso ponte manos a la obra y soluciónalo. No dejes pasar más tiempo. Si necesitas orientación personalizada puedes consultarme gratuitamente. Estaré encantada de ayudarte.
1.EL DESAYUNO
Parece un tema menor pero es muy importante que tu hijo vaya bien desayunado a la escuela.
Uno no puede estar bien predispuesto a aprender si tiene una necesidad tan primaria como la de saciar su hambre.
Un niño o adolescente que no desayuna adecuadamente solo está pensando en la hora del patio para darle un buen mordisco su bocadillo.
Asegúrate que tu hijo desayune bien por las mañanas. Evita los desayunos cargados de azúcar como los cereales cubiertos de chocolate, los zumos de fruta artificiales, los bollitos rellenos de chocolate o cualquier tipo de pastas industriales.
Ninguno de estos pseudoalimentos aporta la energía que tu hijo necesita para poder estar predispuesto a aprender.
Te recomiendo cereales sin azúcar, bocadillos, fruta, yogur.
¡Huye de los productos industriales!
2. SUEÑO
Esto es de sentido común.
Una persona que no duerme las suficientes horas está irritable, cansada (lo que afecta a su capacidad de atención y concentración) y con unas ganas tremendas de dar una cabezadita en cualquier sitio.
Un niño e incluso un adolescente debería dormir entre 10 a 12 horas. Si tu hijo está despierto hasta muy tarde normal que en la mañana no pueda levantarse. No es un super niño.
Como recomendación te sugiero, como hora máxima, que acuestes a tu hijo a las 22.00 h. Empieza con la rutina una hora antes. Así le ayudarás a bajar el nivel de activación y excitación para que pueda dormir plácidamente.
Puedes crear un ambiente relajado antes de dormir bajando las luces, apagando el televisor, Internet, el móvil o cualquier aparato que pueda sacar a tu hijo de ese estado de relajación.
Es muy difícil que tu hijo comience a dormir justo después de haber estado mirando películas o jugando a la play. Su cerebro todavía está activado y hasta que se relaje puede pasar una media hora, en la que estará quejándose de que no tiene sueño y luchará para no acostarse.
Si logras hacer la rutina cada día igual tu hijo disfrutará de un sueño reparador y estará fresco para aprender al día siguiente en el cole.
En cuanto a los días de fin de semana o vacaciones, desde mi punto de vista, recomiendo variar la rutina con diferencia de media o una hora. Es decir, que vayan a dormir a las 23.00 como máximo. Dejarles que se hinchen a pelis o a jugar hasta altas horas de la noche con la excusa de que no hay cole solo les dificultará volver otra vez a la rutina.
A ti también te irá muy bien que tus hijos estén dormidos temprano. Así puedes dedicar aunque sea una media hora a hacer lo que te gusta.
Te aviso que lo anterior no funciona si tu marido o tus otros hijos están todavía enchufados a la tele o realizando cualquier actividad lúdica mientras tu intentas dormir al más pequeño. Pide colaboración al resto de la familia para establecer esta rutina sin dificultad.
Si tus hijos tienen TV en su habitación busca la manera de sacarla de allí. No hay nada más perturbador que intentar conciliar el sueño mientras el cerebro de tu hijo va recibiendo mensajes perjudiciales para él.
Lo mismo pasa con lo teléfonos móviles. Pacta con tus hijos la hora máxima en la que pueden acceder a Internet. A los más grandes les pasa igual que a los más pequeños, su cerebro está tan sobreexcitado que le costará conciliar el sueño sin antes pelear con las sábanas.
Si tu hijo desayuna bien y duerme bien, sigue leyendo para saber qué más puede estar afectando su rendimiento en la escuela.
3. FALTA DE NORMAS Y ORGANIZACIÓN
No hay nada más cansador para tu cerebro que decidir qué hacer a cada momento.
¿No te sientes bloqueada cuando constantemente tienes que estar eligiendo si te conviene hacer aquello o lo otro?
La claridad de objetivos: qué cosas tiene que hacer cada día tu hijo, es esencial para que sepa qué esperas tú de él.
Un compañero recordando su infancia comentó : “La vida cuando era niño era tan sencilla. Yo solo tenía que preocuparme de ir al cole, estudiar, ducharme, cenar y dormir”.
Pues así de sencillas tienen que ser las normas, y tu hijo debe conocerlas, no intuirlas, ni saberlas por sentido común.
Tú debes encargarte de sentarte con él y decirle lo que esperas que haga cada día.
Una casa sin rutinas y sin orden puede provocarle ansiedad y agobio ya que desconoce qué se espera de él.
Un modelo de tareas a realizar cada día serían las siguientes:
LISTA DE TAREAS DIARIAS
- Despertar a la misma hora.
- Desayunar tranquilamente.
- Llegar puntual al cole.
- Tener una buena actitud en el cole y participar.
- Divertirse en las actividades extraescolares, el parque, etcétera.
- Llegar a casa y colgar la mochila y chaqueta en su sitio.
- Merendar.
- Bañarse y ponerse cómodo.
- Hacer los deberes y preparar la mochila y la ropa para el día siguiente.
- Jugar, mirar una peli, etcétera.
- Ayudar a preparar la cena o poner la mesa.
- Cenar.
- Ayudar a recoger la mesa, lavar los platos.
- Prepararse para dormir: pasar un rato con mami o papi para leer su cuento favorito.
- Dormir relajado.
Puedes colgar tu lista de tareas y pedirle a tu hijo que ponga una pegatina cuando esté realizada la actividad y pase a la siguiente. Así le ayudarás a ser consciente de sus responsabilidades diarias y de la importancia de hacerlas cuando toca (compromiso).
A medida de que crezca tu hijo necesitará ser más organizado porque el volumen de responsabilidades aumentará. Así que ve entrenándole poco a poco. Ayúdale a organizar sus asignaturas en carpetas. Enséñale a usar una agenda.
Recuerda, la claridad de objetivos diarios es importante para quitarle el agobio de decidir qué hacer cada día.
4. DISCIPLINA
Muy relacionado con la organización y las normas esta la capacidad de hacer lo que toca cuando toca.
Es decir, tener disciplina.
Si tu tienes unas normas y rutinas y las haces cumplir un día sí y otro no, el mensaje que esta recibiendo tu hijo es que depende del día puede columpiarse y hacer lo que le apetezca.
Con niños pequeños es mucho más sencillo establecer las rutinas ya que están predispuestos a aprender, todo es nuevo para ellos y les hace mucha ilusión poder hacerlas.
Eso sí, enseñarles requiere paciencia y tiempo, pero ese esfuerzo a la larga habrá valido la pena. Te evitarás luchas posteriores.
Mis hijas de pequeñas estaban encantadas de lavar los platos. Ahora lo hacen porque les toca, porque han perdido la ilusión, la curiosidad del aprendizaje.
Yo tampoco voy a mentir. No me hace mucha ilusión pero es una tarea que hay que hacerla para mantener el orden en casa.
Como te decía, la disciplina es importante y tu hijo debe tener claro cuál es la consecuencia de no cumplir con sus responsabilidades.
Habla con ellos sobre qué pasará si no cumplen con lo pactado. Es mejor que ellos aporten con sus ideas y no sea una imposición tuya.
Ten cuidado de moderar las consecuencias ya que algunos niños suelen tender a castigarse severamente.
Por ejemplo, si deja la mochila y la ropa sin preparar la consecuencia es llegar tarde y agobiado al cole. Ayúdale a reflexionar sobre ello.
Pregúntale qué puede hacer para que no vuelva a pasar.
Busca soluciones no castigos, ya que el objetivo es que pueda darse cuenta de la importancia de cumplir con sus responsabilidades no de castigarlo.
5. SÉ UN BUEN EJEMPLO
Demás está decirte que en cuanto a disciplina tú tienes que ser el faro que ilumina su camino.
Si tú no cumples con tus responsabilidades, o haces de la vista gorda, o te justificas diciendo que ya tienes suficiente con trabajar y aguantar a tu jefe cada día y lo usas como pretexto para no hacer lo que te toca, tu hijo hará tres cuartos de lo mismo.
Es verdad que tienes derecho al igual que tu hijo a disfrutar de tu tiempo libre y distraerte como quieras. Puedes probar mil y una maneras para que tus aficiones no se interpongan en la relación con tu hijo.
Tú decides cómo gestionar tu tiempo y de dar el mejor ejemplo.
6. MOTIVA A TU HIJO
Tu hijo tiene que percibir que estudiar y formarse es una parte importante de su vida. Si tú le mandas señales de que el colegio no es muy importante, él no se esforzará.
Si tiene actividades, participa en ellas. Si tiene presentaciones ve a verlo. Si quiere enseñarte algo que aprendió déjale que te lo explique.
Para que se esfuerce es importante que tengas en consideración a sus profesores, que participes en la escuela, que le ayudes con sus deberes. Que sepa que si algo no se le da bien buscaran ayuda.
7. ASISTENCIA Y PUNTUALIDAD
A veces, tendemos a pensar que por faltar un día al cole no pasa nada y puede que sea así en niños entre 3 y 5 años. Pero en Primaria y Secundaria faltar un día y no hacer nada por recuperarlo puede ser motivo para que tu hijo poco a poco vaya más retrasado del resto de compañeros.
Si no tienes más remedio que llevártelo contigo por trabajo, viajes, etcétera, asegúrate de que luego se ponga al día.
Estate atenta también si tu hijo pone excusas para no ir al cole arguyendo dolores de cabeza, de estómago… Puede que esos dolores no sean inventados sino sean dolores reales a consecuencia de nervios, estrés y ansiedad respecto de situaciones que pasan en la escuela y le están afectando.
Pregúntale a tu hijo si está nervioso por algo (exámenes, acoso escolar, discusiones con compañeros de clase).
Una de mis sobrinas por ejemplo se ponía muy nerviosa unos días antes de los exámenes. Ese estado de ansiedad le causaba dolores de estómago y de rodillas. Era su manera de somatizar esa situación de estrés.
Para saber si a tu hijo le ocurre algo parecido observa si los dolores tienen relación con fechas de exámenes. Ofrécele tu ayuda para solucionar las dudas o problemas que tenga y así evitar faltar a clases.
Un simple motivo puede ser una gran preocupación para tu hijo.
Recuerdo un domingo en el que jugando con una de mis sobrinas de 6 años y justo antes de volver a casa se puso de mal humor y enfadada.
En un principio pensé que era porque tocaba volver a casa y como ella quería seguir jugando no estaba dispuesta a ceder con facilidad.
Le pregunté si era porque quería seguir jugando. Me dijo que no y se calló.
Le seguí preguntando ofreciéndole mi ayuda para solucionar aquello que le preocupaba y me dijo que no quería ir al cole porque no sabía escribir en letra ligada y que Marta (su maestra) le iba a reñir.
Intenté tranquilizarla explicándole que Marta no la reñiría por no saber escribir, que en todo caso Marta se enfada cuando los niños se portan mal pero no cuando están aprendiendo, como en su caso.
Le pregunté si quería repasar algunas palabras conmigo para practicar y dijo que sí. Escribí algunas letras ligadas y la anime a que las copiara. Aprendió algunas y lo dejamos para otro día. Pero su ansiedad por no ir preparada al cole había disminuido.
Si no quieres que tu hijo vaya mal en el cole debes procurar que asista con regularidad y que llegue puntual.
Una de mis hijas me contó, después de muchos años, que lo que más odiaba y le ponía muy nerviosa era llegar tarde porque se pasaba esperando en dirección hasta la siguiente hora de clases.
Está clarísimo que aquí por descuido mío la expuse a situaciones de ansiedad porque no fui consciente del impacto en mi hija de esa situación que pude haber evitado.
8. VALORA AL PROFESORADO Y A LA ESCUELA
Cuando nos dicen que nuestros hijos van mal en el cole buscamos culpables.
Desafortunadamente, no es fácil aceptar que somos responsables y que debemos garantizar que nuestros hijos tengan el apoyo necesario porque eso implica tiempo.
Quienes caen primero son los profesores y los declaramos culpables: porque no se explican bien, porque no avisan con antelación cuándo son los exámenes, porque tienen preferencias con ciertos alumnos, porque no saben enseñar, porque no entienden nuestra situación particular, etcétera.
Pero no se trata de declarar culpables sino de encontrar soluciones. Si tu hijo se escuda detrás de las supuestas injusticias del cole, escúchale poniendo énfasis en la búsqueda de soluciones. La escuela está para eso, para ayudarlos.
Si por el contrario le das la razón y te pones en contra de los profesores, le estás enseñando a tu hijo a evadir su responsabilidad. Creerá que otros tienen que arreglar su problema o dificultad.
Sería muy muy raro el caso en el que el motivo por el que tu hijo va mal en la escuela sea exclusivamente culpa del profesor o de la escuela. Si no es el caso, valora la escuela, valora al profesorado, dile a tu hijo que ellos están ahí para ayudarle a aprender cosas y a ser mejor persona.
Si el profesor es el causante del bajo rendimiento de tu hijo, no dudes en denunciar sus métodos. Hazlo constructivamente. Habla con el equipo directivo y comenta tus inquietudes y pide soluciones.
9. NO COMPARES A TU HIJO
No sé por qué pensamos que todos los hijos que tenemos tienen que aprender igual, sacar las mismas notas, etcétera. Incluso si tienes solo un hijo empiezas a compararle contigo , con los hijos del vecino o con los primos.
Cada niño tiene su ritmo de aprendizaje y esto no quiere decir en absoluto que lo dejes a su suerte y que el tiempo haga su trabajo, sino que debes estar atenta a las señales de ayuda que lanza tu hijo.
Créeme que si lo necesita desde el cole te harán saber qué es lo que tú puedes hacer por tu hijo. Para que las maestras te den su ayuda debes estar dispuesta a recibirla o al menos a considerar de que si te dicen algo es porque ven que tu hijo a la larga puede empeorar en cuanto a sus notas y en otros aspectos de su personalidad.
Evita compararle, ni contigo ni con nadie. Cuando les comparas y salen mal parados de esa situación , creen que son inferiores a los demás. Su autoestima cae en picado y se hunde emocionalmente.
10. CONFÍA EN SUS CAPACIDADES Y HABILIDADES
No dramatices. No arreglas nada mostrándote excesivamente preocupada por él.
En todo caso lo que logras es que él se sienta mal. En lugar de eso ocúpate.
Explícale en qué cosas tiene que trabajar para mejorar y ya está. No hace falta que lo tortures.
Hazle saber que con tu ayuda o la de otras personas lo conseguirá. Y de verdad, confía en él. No hables por hablar. Créetelo, tu hijo sabrá si de verdad confías o no en él.
Da mucha confianza saber que aprender algo es cuestión de ponerse con ello y que cualquiera tiene la capacidad para hacerlo.
11. NO LO PAGUES CON TU HIJO SI TIENES PROBLEMAS
Tu y yo sabemos que los problemas no faltan pero tu hijo no tienen culpa de lo que te pasa.
Es difícil pero no imposible dejar tus problemas cuando llegues a casa. Deja los problemas detrás de la puerta.
Si te sientes agobiada, frustrada, nerviosa, cansada usa los momentos especiales con tu hijo para poner equilibrio en tu vida. No hagas al revés, que tus problemas afecten la vida de tu hijo.
Tener un hijo al que no le va bien en el cole puede ser motivo de discusiones en casa. Tu pareja o tú puede que sin querer le echen la culpa de las discusiones en casa. No le hagas sentir culpable.
En todo caso es RESPONSABLE de mejorar sus notas y tú eres RESPONSABLE de proveerle toda la ayuda que le haga falta.
Te dejo aquí un post que explica cómo hablar con un hijo que tiene malas notas.
12. HABLA MÁS Y CASTIGA MENOS
Habla con tu hijo. No sé por qué creemos que si les hacemos saber que serán castigados les animamos a sacar buenas notas.
Jugamos con atemorizarlos. Te dejo un post que explica cómo se sienten cuando les amenazamos.
A mí si viniera mi jefe a decirme que si no lo hago bien me castigará me angustiaría mucho o me rebelaría y pasaría de todo.
Si estoy angustiada haría lo mínimo para no equivocarme. Lo justo para poder aprobar.
Si pasaría de todo porque creo que no puedo hacerlo dejaría de ir al cole, de hacer los deberes, me negaría a estudiar.
La mayoría de los chicos a los que les va mal en el cole han perdido el interés de seguir estudiando porque no se sienten capaces de poder hacerlo, no están motivados, no tienen hábitos de estudio.
Si tu hijo necesita tu ayuda, habla con él para saber qué necesita. Si no estás abierta a escuchar de todo, incluso que te considere en parte responsable de lo que pasa, él solo te dirá lo que quieres escuchar.
Si le recriminas que es un mal hijo y que si suspende otra vez será castigado de por vida, no le estás ayudando.
Para que tu ayuda sirva de algo tiene que ser específica.
Imagínate estás dos situaciones y saca tu conclusión: ¿Cuál de las dos maneras de ayudar es más útil?
Caso 1.
Ricardo comenzó a sacar malas notas y a suspender en Matemáticas. Sabía que su madre tenía problemas y por eso no quería incordiarla y pedir ayuda.
Una vez, se animó y le pidió que le explicara una cosa que no entendía. Ella como estaba de mal humor se lo explicó por encima y de mala manera. Al ver que su hijo no entendía, le chilló diciendo que le parecía increíble que una cosa tan sencilla no pudiera hacerlo solo. Que ella a su edad esas cosas las hacía con los ojos cerrados.
Él se resignó a intentarlo solo sin éxito. Con el tiempo el retraso en matemáticas era más grande. Tenía miedo de ir al cole, sobre todo a las clases de matemáticas pues no se enteraba de nada.
Algunas veces, le decía a su madre que estaba enfermo para no ir. Otras veces, se hacía el dormido para evitar ir al cole.
Cuando iba, el objetivo principal era pasar desapercibido. Pero como no podía ser el niño invisible de por vida comenzó a portarse mal para que lo echaran de clase.
No era la mejor solución, pero al menos no tenía que enfrentarse a las temidas matemáticas y parecer un tonto delante de toda la clase.
Caso 2.
Ricardo comenzó a sacar malas notas y a suspender en Matemáticas. Sabía que su madre tenía problemas y por eso no quería incordiarla y pedir ayuda. Una vez se animó y le pidió que le explicara una cosa que no entendía.
Ella estaba de mal humor pero se dio cuenta de que su hijo no tenía la culpa de los problemas que tenía y no tenía por qué pagarlo con él. Respiró, se calmó y le dijo que en 5 minutos estaría en su habitación para ayudarle.
A medida de que le iba explicando se dio cuenta que Ricardo seguía sin entenderlo. Estaba tenso y nervioso. Le miró, le acarició la cara y le pidió que se calmara. Siguieron intentado hasta que comenzó a entender.
Su madre además pidió una entrevista con la tutora de Ricardo esa misma semana para saber cómo podía ayudar a su hijo.
Necesitaba saber en concreto qué era aquello que le costaba para poder ayudarlo mejor. La maestra le dijo que le costaba la resta llevando, que el resto lo hacía bien.
Preguntó si podía recomendarle una manera de ayudarle y la maestra le explicó que en la zona había centros cívicos y bibliotecas que ofrecían refuerzo escolar. También le recomendó que buscara en Internet videos que explicaban los diferentes métodos de hacer la resta llevando y que los viera con su hijo.
A Ricardo le costó un poquito aprender pero con un poco de ayuda pudo hacerlo.
Se sentía tan contento consigo mismo que le pedía a su madre que le pusiera ejercicios de resta llevando.
Saber que podía hacerlo le hacia sentir feliz. Las clases de matemáticas era una de sus favoritas.
¿Cuál de las dos maneras de ayudar te parece más eficaz?
Recuerdo una época en el que una de mis hijas pasó de tener muy buenas notas a suspender. Al principio era una, y cada vez iba a peor.
Yo le di la charla de que eso no podía ser, de que si no recuperaba no le iba dar las cosas que le daba (permisos para salir, dinero para ropa, etcétera).
¡NO LE OFRECÍ MI AYUDA! No me senté a su lado y le pregunté por qué creía que le estaba costando aquella asignatura. No le pregunté qué podía hacer yo por ella para ayudarla.
No realicé esas preguntas básicas que resumidamente querían decir: “Estoy aquí, te quiero, me importas mucho y te ayudaré a superar este bache. Creo en ti y tu capacidad. Antes lo has hecho y ahora también seguro que puedes hacerlo».
Lo que no hice y debería haber hecho es:
– Hablar con ella para ver dónde estaba el problema.
– Hablar con su profesora para saber exactamente qué era aquello que le costaba.
– Planificar la ayuda, qué días y a qué hora. No una planificación hecha por mí sino por ella.
– Decidir cómo iba a ser la ayuda. Si le ayudaba yo o buscaríamos ayuda en otras personas (padre, tíos, profesor particular, profesor online, vídeos de youtube).
¡No hice nada de eso, solo le eché la bronca y ya está!
Al siguiente trimestre 5 suspensos. Otra bronca más fuerte que la anterior. Establecimos horarios de estudio. Restringimos salidas (estaba castigada).
Pero seguía faltando comunicación. Y ni por asomo pedí cita con los profesores para saber qué estaba pasando.
Último trimestre, 2 suspensos. Mejor que 5. La felicité y la animé a seguir mejorando.
Ahora cuando lo pienso, creo que fue una gran proeza para ella recuperar esas asignaturas, aún sin haber recibido una ayuda más adecuada.
En esa época de mi vida, como madre primeriza de una adolescente, no supe afrontar mejor los suspensos de mi hija.
Por eso te recomiendo que tengas en cuentas todo lo dicho anteriormente para poder darle la ayuda que tu hijo necesita.
Por favor, no esperes a que tu hijo vaya mal en el cole para buscar ayuda.
Hay muchas cosas que puedes hacer para PREVENIR que suspenda y acabé aborreciendo los estudios.
Y hasta aquí el post de hoy.
Si has leído hasta aquí haz que valga la pena y soluciona si has detectado que alguna de las 12 causas están afectando el rendimiento escolar de tu hijo.
Y como siempre, déjame tu comentario sobre ¿qué es lo que no sabías y crees que te ayudará a prevenir que a tu hijo le vaya mal en el cole?
Enhorabuena, Ruth, me encanta tu nueva web, y este blog post es muy completo y valioso. ¡Fantástico! Te iré siguiendo! Un abrazo, Beatriz.
¡Gracias Beatriz!
Me has inspirado a perseguir mis sueños. Y has compartido tus conocimientos conmigo y te doy infinitas gracias por ello.
Un abrazo!
Hola me parece muy bien tu blog me identificó tengo dos hijos varones uno adolescente con el cual estoy teniendo problemas ha bajado sus calificaciones en la escuela nunca había tenido ese problema con el tiene una mala actitud es grosero y rebelde conmigo he intentado ayudarlo por todos los medios posible no se que le pasa y no quiere hablar ni abrirse conmigo estoy muy preocupada no se que hacer
¡Hola Marcela! La adolescencia es una etapa que necesita mucha paciencia por parte de nosotras.
Los hijos cambian de estado de ánimo de un momento para otro.
Para ellos también es una etapa difícil. Tienen que hacerse cargo de mayores responsabilidades. Buscar formar parte de un grupo de gente porque tienen esa necesidad de pertenencia. Con tu ayuda este bache lo superará.
Te dejo el enlace de un post que habla sobre cómo hablarles cuando suspenden y otro sobre cómo desarrollar tu empatía. Este segundo te lo recomiendo porque si tu hijo siente que tú empatizas con él estará más dispuesto a abrirse contigo.
Y para la próxima semana publicaré un post sobre cómo hablar a nuestros hijos para que nos cuenten lo que les pasa.
¡Un abrazo y ánimos!
PD. También te recomiendo hablar con su tutora y explicarle lo que te preocupa. Ella te orientará en qué exactamente necesita ayuda tu hijo. Y si quieres me escribes y según lo que diga la tutora te oriento al respecto. ¿Qué te parece?
Me parece interesante los consejo y apoyo
¡Hola Ana Maria!
Gracias por comentar. Me alegro que te parezca interesante. Si quieres proponer que hable sobre un tema en concreto, házmelo saber. ¡Un abrazo!
Esta interesante la informacion, tengo un pre adolescente de 13 años, no quiere hacer nada, no pone atención en clases no entiende nada ya no se que hacer con el…..
Hola Flor
Necesito mas información sobre tu hijo para poder ayudarte. En el apartado CONTACTO de mi web explícame en un mensaje privado un poco más sobre tu hijo: ¿desde cuándo tiene dificultades, en qué concretamente y qué crees que tú que puede estar pasando?
De momento te recomiendo escuchar
– https://inteligenciaemocionalencasa.com/acoso-escolar-todo-lo-que-debes-saber-para-que-tu-hijo-no-sea-victima-ni-agresor/
– https://inteligenciaemocionalencasa.com/por-que-es-importante-que-tu-hijo-adolescente-tenga-una-buena-autoestima/
– https://inteligenciaemocionalencasa.com/12-estrategias-para-mejorar-tu-relacion-con-tu-hijo-adolescente/
Seguimos en contacto 😉