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Inteligencia Emocional en Casa

Ideas, consejos, técnicas y estrategias para educar personas maravillosas, personas con inteligencia emocional

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Qué hacer cuando tienes en casa un hijo con problemas de conducta (II parte)

escrito por Ruth Zarco 2 Comments

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Qué hacer si tienes un hijo con  problemas de conducta ¿Te has sentido desbordada? ¿Has intentado ponerle limites, que te obedezca, que se comporte como un buen niño por las buenas y por las malas, y nada funciona?

No todos los niños son de una determinada manera por culpa del tipo de educación que le damos. Algunos niños, a pesar de  tener unos padres infinitamente pacientes y cariñosos, les tratan mal, les insultan, e incluso les pegan.

Son niños impulsivos, de carácter desafiante y que no obedecen. Si quieres saber si tu hijo es un niño de carácter difícil sigue el enlace.

Hoy te hablaré de por qué a tu hijo le cuesta obedecer, dejar de insultar, pegar, romper cosas incluso sabiendo que luego estará castigado o le quitarás algunos privilegios (jugar, salir, ver televisión…) y cómo puedes ayudarle.

LAS 3 FASES DE UN ATAQUE DE COLÉRA

Cuando tu hijo explota en un ataque de  cólera porque se ha frustrado por algo, pasa por 3 fases, que Ross Greene ha denominado:

1ra fase. Bloqueo de vapor: Frustración

Ricardo está durmiendo y no tiene intenciones de despegarse de las sábanas. Su madre le avisa por quinta vez que es hora de levantarse. Al ver que su hijo no se mueve va a por él y le vuelve a pedir que se levante. Ricardo da un salto de la cama y se tira al suelo. No tiene ganas de cooperar ni hacer caso a su madre.  Otra vez, María estará lidiando con Ricardo por más de media hora y comienza a sentir impotencia y nervios.

En esta fase el niño No piensa con claridad, se desborda (comienza a sentirse frustrado y se prepara para explotar).

2da fase. Cruce de caminos: ¿Ayudar o empeorar la situación? 

María sabe que  su hijo llegará tarde al cole, irá sin desayunar y de mal humor. Decide actuar.

Esta fase se llama así por la intervención de los padres u otro adulto para reconducir la conducta del niño.

María puede hacerlo de dos maneras:
a.  Enfadarse, cosa que empeorará la situación porque no ayuda al niño a reducir su nivel de frustración.
b. Hablar, buscar una solución al problema y resolverlo.

3ra fase. Colapso: Aparición de la conducta destructiva

María está de los nervios porque ella también llegará tarde al trabajo. Coge a Ricardo de los brazos y le obliga a vestirse, le pone un plátano en la mano y la mochila al hombro. Por la calle Ricardo tira el plátano, la mochila y se planta ante su madre insultándola. María lo coge mientras él continua pataleando y vociferando. A la entrada del colegio Ricardo está muy enfadado y nervioso.

En esta fase el niño  presenta una conducta más destructiva y ofensiva. Si tratas de razonar con un niño en esta fase no te hará caso. No es capaz de atenderte.

CUÁNDO INTERVENIR Y CÓMO HACERLO

Intervén antes de que comience su ataque de cólera. En medio o después no funciona.

En el caso de María el momento adecuado para intervenir  es cuando ve que  Ricardo no le hace hace caso. Su hijo quiere seguir durmiendo y que su madre le pida  que se levante le genera frustración.

La intervención ha de ser meditada, planificada. Más adelante detallaré cómo.

Sigue leyendo para saber cómo ayudarle.

 LOS CONFLICTOS SE ORIGINAN  EN LOS CAMBIOS DE ACTIVIDADES

A los niños difíciles les cuesta pasar de una actividad a otra ( cambio de actitud cognitiva). En la escuela, por ejemplo, les cuesta  centrarse una vez que han vuelto del recreo. Continúan agitados porque quieren  seguir jugando.

Eso pasa porque le estás pidiendo que haga otra cosa diferente de lo que tiene en mente: jugar. Eso le frustra.

Esta dificultad para ser más flexible y tolerar mejor la frustración  es porque tienen un déficit en las funciones ejecutivas que ayudan a:

1. Poder cambiar de una actitud a otra (cambio cognitivo)

Eso explica porque se ponen furiosos y la lían parda cuando les dices que se vayan a la cama cuando están jugando o se levanten para ir al cole como en el caso de Ricardo.

Esta dificultad de ‘cambiar de chip’, más la insistencia de los  padres a que obedezcan es el detonante para que aparezcan las rabietas.

No son pues niños desobedientes sino niños a los que les cuesta ser flexibles.

Las frases que suelen usar estos niños cuando le pides cambiar de actitud son: ahora no puedo, no quiero, no voy, déjame en paz, vete. 

Este niño necesita más tiempo para responder coherentemente (eso requerirá  paciencia y más tiempo).

2. Poder organizar un plan coherente para resolver una problema (organización y planificación)

Les cuesta horrores planificar y organizar actividades en tareas pequeñas. Si tienen que hacer un trabajo importante del cole, ven la tarea como algo hercúleo y no se plantean hacerla poco a poco, dividirla en pequeñas tareas. Simplemente deciden no hacerla.

Se meten en problemas porque no son capaces de prever sus consecuencias.Les cuesta pensar con claridad.

A ti también te cuesta pensar con claridad cuando estás frustrada. La diferencia es que ellos son desorganizados e impulsivos de entrada.

3. Poder realizar diversas tareas mentales a la vez, multitasking (memoria de trabajo)

Cuando conduces por primera vez estás atenta a todo lo que pasa dentro y fuera del coche. Eres incapaz de mantener una conversación o escuchar música sin que te aturda.

Con el tiempo automatizas el aprendizaje y puedes hacer diferentes tareas a la vez: conducir, escuchar música, conversar, ser capaz de ver a un peatón distraido y frenar para no atropellarlo.

En el día a día, cuando aparecen los conflictos eres capaz de identificar el problema, recurrir  a tu experiencia para decidir cómo afrontarlo y elegir una respuesta adecuada.

Un niño inflexible es incapaz de definir el problema, de tener visión retrospectiva (acordarse de cómo lo resolvió) y de prever una solución adecuada (decidir qué hacer).

Cómo no puede hacer estás cosas a la vez, la mayoría de veces explota y llora.

4. Ser capaz de gestionar sus emociones y pensar con claridad (separación de afecto)

A estos niños la emoción les embarga. Es tan intenso lo que sienten que no pueden pensar.

Un déficit en cualquiera de estas funciones ejecutivas o en todas hace que un niño sea como una bomba andante.

 

QUÉ HACER SI TU HIJO PRESENTA UNA COMPORTAMIENTO INFLEXIBLE COLÉRICO

Esta es la parte que más trabajo cuesta y que confío que con un poco de ayuda podrás ayudar a tu hijo a desarrollar esas habilidades que necesita para superar la frustración y ser más flexible.

Cuando veas que está a punto de explotar, ten presente dos cosas:

1. Mantén la calma
2. Piensa con claridad en cómo intervendrás.

Te resultará útil saber que tu hijo no actúa así porque te quiere amargar la vida. Lo hace porque está frustrado y necesita un poco de tiempo y de tu ayuda para encontrar una solución.

Es muy fácil dejarse llevar por la rabia y nervios  ante niños así porque solemos pensar que son egocéntricos, exigentes, sin empatía y poco tacto social.

Lamentablemente, la autoconciencia y la empatía necesita de funciones ejecutivas. Asi que lo mejor que puedes hacer es ayudarle a desarrollar esas habilidades.

Si continúas pensando que una mano dura es lo que le hace falta a estos niños o que su carácter  se arreglará con el tiempo tengo malas noticias: una mano dura le hará más proclive a tener crisis y cada vez mayores.

Y esperar a que se arregle solo, es arriesgarse a que sea un adulto colérico – inflexible. ¿Te imaginas a tu hijo siendo un padre que explota por todo y nada? ¿Que se convierte en  un niño cuando se frustra?

 

 SI NO AYUDAS A TU HIJO Y SIMPLEMENTE AGUANTAS SU CARÁCTER ESTO ES LO QUE PASARÁ

Para relacionarnos con los demás necesitamos tener flexibilidad mental, pensamiento complejo y procesamiento rápido de las interacciones sociales.

Estos niños fracasan en sus relaciones interpersonales porque al igual que contigo con otras personas también explotan y eso hace que los demás se alejen de ellos.

Puede que a medida que crezcan tengan vergüenza y disimulen más su carácter explosivo pero explotarán ante las personas con quienes se sienten más confiados de mostrase tal y como son (su familia, su pareja, sus amigos íntimos).

No poder relacionarse mejor es una gran fuente de frustración para ellos. Porque ellos al igual que nosotros quieren sentirse aceptados, queridos y estimados.

En muchos de nosotros el procesamiento de toda la información para relacionarnos mejor con otras personas es automático; en ellos no.

¿POR QUÉ NO PODRÁ RELACIONARSE CON OTRAS PERSONAS?

Su manera rígida de pensar no le ayuda a valorar diferentes maneras de relacionarse. Lo más probable es que ante la frustración por no poder tener amigos o pareja suponga que es porque no cae bien a nadie y que los demás le rechazan.

Es incapaz de ver que él es una persona rígida, que no se amolda ni cede para poder relacionarse mejor con los demás.

Si el déficit a nivel social es grave puede llegar a considerarse que tiene un trastorno generalizado del desarrollo, como el Autismo o Asperger.

Su analfabetismo social hará imposible que pueda relacionarse satisfactoriamente con otras personas.

¿CÓMO AYUDAR A ESTOS NIÑOS?

Las habilidades que tienen que trabajar están relacionadas con el:

1. PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE

A los niños que les cuesta expresar sus pensamientos, sentimientos, emociones, experiencias son poco efectivos para afrontar los problemas que les crean frustración.

Las habilidades que tiene que entrenar son:
A. Comprender el lenguaje
B. Categorizar y etiquetar las emociones.
C. Discernir lo que les pasa para contarlo ( ahora estoy muy enfadada)
D. Analizar y llegar a una respuesta adecuada ( otra diferente de  pegar, romper o tirar cosas, insultar).

2. NECESITAN SABER QUÉ HACER CUANDO ESTÁN ENFADADOS

Algunos niños se quedan aquí, no pueden expresar con más detalle su enfado, cuando lo intentan y ven que no pueden explicarlo se frustran más.

Después de la tormenta si les preguntas de qué otra manera podían haber afrontado la situación, contestan “no lo sé”. Y realmente no saben cómo podían haberlo hecho mejor.

Si no sabe explicarlo puedes ayudarle describiendo el motivo de su frustración: ‘¿Estás frustrado y enfadado porque quieres seguir jugando?’ ‘¿Estás frustrado porque querias comer otra cosa?’, etcétera.

3. ESTADO DE ÁNIMO IRRITABLE Y CRÓNICO

Si estamos cansadas, irritables, de mal humor y ansiosas,  ante un pequeño problema  actuamos exageradamente.

¿No te ha pasado hablarle mal a alguien, sin venir a cuento, por estar de mal humor?

En estos niños estar con hambre y cansados tiene suficiente poder como para desequilibrarlos, para luego explotar a la mínima.

Están en estado irritable casi todo el tiempo.

Hazte una idea de cómo se sienten ellos cuando tienen que resolver  problemas, ya sean  grandes o pequeños, desde un estado crónico de mal humor.

Hay que descartar, no obstante, que ese estado de ánimo no sea consecuencia de un TDAH grave, o un trastorno bipolar.

Si no es el caso, entonces tenemos  un niño con analfabetismo emocional adobado por un estado de ánimo irritable y crónico.

4. LA ANSIEDAD

En un estado de ansiedad pensar con claridad es difícil.

Cuando la ansiedad y la irracionalidad se juntan, te imaginas los peores escenarios. Los que tenemos suerte lloramos, los que no explotan.

Los niños con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) para aminorar esos pensamientos irracionales se arman de rituales. Puede que para ti no tenga sentido pero a ellos les ayuda a reducir su ansiedad (lavarse las manos muchas veces al día, por ejemplo).

Tu tarea será enseñar a tu hijo a trazar rutas en su cerebro. Unos mapas cognitivos para que los usen cuando la irracionalidad y la ansiedad planea sobre él y le ayude a mantener la calma y a pensar con claridad.

5. DISFUNCIÓN DEL APRENDIZAJE NO VERBAL

Estos niños aprenden bien las cosas de memoria pero muestran un déficit en el aprendizaje no verbal (dificultad para la resolver problemas, flexibilidad, adaptabilidad; dificultades en la percepción social, valoración social).

Hasta aquí espero  que te hayas convencido de que tu hijo no es un terco, malcriado y arrogante ni que llama la atención. También de que  tú no eres una madre que no ha sabido educarle.

Simplemente tienes un hijo que necesita un enfoque de educación distinto.Uno que requiere más paciencia y más habilidades. 

Prueba las siguientes estrategias para mejorar su comportamiento y si no funciona, tu hijo necesita otro tipo de ayuda.

4 ESTRATEGIAS PARA MEJORAR EL COMPORTAMIENTO DE TU HIJO 

1. Proporcionar mucha atención positiva

Háblale con cariño no como una sargento. Ayúdale  a reconocer sus progresos y no le llames la atención solo por lo que no hace bien. Puedes usar estas frases parecidas a: ‘Qué contento debes estar porque ya sabes atarte los cordones tú solo…’ ‘Me alegro por ti que ahora puedas…’ ‘¿Has visto lo bien que se te da ahora el…?’ ‘¡Qué contento debes estar porque ya puedes vestirte solo!’

2. Proporcionar menos órdenes y claras

Dale solo las órdenes que pueda cumplir. Si insistes en que se cumplan tooooodas  las ordenes puede que se bloquee y estalle en rabietas.

3. Hacerle saber que las consecuencias dependerán de la realización satisfactoria o no de lo que le pides que haga tu hijo

Esas consecuencias tienen que tener relación. Si no hace los deberes no podrá jugar. Para eso ha de haber una norma que diga que se juega después de hacer los deberes.

4. Enseñarle al niño que los padres no se echaran atrás tras un berrinche

Quizás haya que aguantar un par de episodios tras los cuales el niño se dará cuenta de que de esa manera no conseguirá lo que quiere.

Si es un niño inflexible colérico no acabará dándose cuenta porque tiene dificultades para establecer las causas y efectos (déficit en las funciones ejecutivas).

Para que las estrategias funcionen tienes que ser consecuente y perseverante. No vale tratarlos bien unas veces y mal cuando tienes un mal día. No sirve si un día eres firme en hacer cumplir las pocas normas de casa  y otras les pasas por alto porque no quieres agobiarte. No sirve de nada si  un día trás un berrinche cedes y otras aguantas hasta la últimas consecuencias. Estás incoherencias hacen que tus hijos se confundan.

 

SI NO FUNCIONAN LAS ANTERIORES 4 ESTRATEGIAS, TU HIJO ES  UN NIÑO INFLEXIBLE-COLÉRICO

La otra razón, como ya sabes, es que estos niños carecen de la flexibilidad necesaria para cambiar de planes, no saben cómo  gestionar las emociones y  pensar con claridad.

Pero el que no puedan no quiere decir que no quieran. Ellos quieren poder pensar con claridad, ser flexibles y menos coléricos.

¿Qué puedes hacer?

Tener mucha paciencia, mucha capacidad de gestión emocional, no tomarte los insultos, desplantes y golpes de tu hijo como algo personal y trabajar coherentemente junto a tu pareja y el resto de la familia (incluido abuelos) para ayudar a tu hijo a ser más flexible y pensar con claridad antes de actuar impulsivamente.

Por si todavia no estás convencida de que cambiar de estrategia ayude a tu hijo voy a reflejar las dudas que se suele tener al respeto.

Dudas

¿Tenerle paciencia y no hacerle saber quién manda no le animará a hacer lo que le dé la gana? 

Tener discusiones a diario con tu hijo para que te obedezca  no le prepara mejor para este mundo. No aprende a resolver problemas, a pensar con claridad, a ser más flexible. En todo caso su frustración es mayor porque cree que él es así y que no puede hacer nada por cambiar.

Vale supongamos que crece en un entorno donde todos le entendemos y ayudamos pero, ¿qué hará en el mundo real donde no todas las personas le tendrán paciencia?

Este mundo valora más las habilidades para solucionar un problema que enfrentarse a los demás para salirse con la suya. O manipular a los demás bajo amenazas.

Cambiando la manera en cómo le ayudas, conseguirás que tenga  menos arrebatos y le ayudarás a entrenar su capacidad para ser más flexible y superar las situaciones frustrantes. Estas habilidades son necesarias  para su vida adulta.

En el próximo post entraré en los detalles de tu entrenamiento como madre de un niño difícil. Describiré cómo tienes que hablarle, cuando actuar, cuando ponerte firme, cómo darle refuerzo positivo, cómo incluir al resto de la familia en esta cruzada (incluido tus demás hijos que seguro que viven atemorizados por el carácter explosivo del niño difícil).

Y como siempre te invito a comentar, expresar tus dudas, sugerencias.

Te pido que compartas esta información si crees que es importante que otras familias lo sepan.

¡Un abrazo y que tengas un gran día!

Foto: Gaelle Marcel

Ruth Zarco

Soy madre de dos preciosas adolescentes. Al igual que tú quiero educar desde el amor y el respeto. Mi sueño es que mis hijas puedan ser la mejor versión de sí mismas. Que desarrollen al máximo su potencial. Que sean personas emocionalmente inteligentes y felices.
Acompáñame si deseas potenciar las capacidades de los tuyos.

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Comentarios de esta entrada

  1. Ro Santacruz dice

    14 febrero, 2020 at 02:44

    Hola me he suscrito 2 veces me llegan tus correos pero me rebotan cuando te contesto no tengo idea de xq no te llegan … algún otro medio de contacto u otro mail que tengas xfa que no sea info@inteligenciaemocionalencasa.com para poder comunicarme…. gracias el post me ilumino la vida

    Responder
    • Ruth Zarco dice

      15 abril, 2020 at 15:57

      Hola Ro, revisaré qué pasa. Gracias por avisar. Puedes escribirme a ruthganrielz@gmail.com Un abrazo grande.

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