¡Hola!
En un anterior post te hablé de por qué algunos buenos estudiantes no tienen éxito en la vida.
Siguiendo con el tema de la Inteligencia emocional, hoy por hoy, sabemos que una persona tiene más oportunidades de tener éxito en la vida si a parte de formarse en el campo profesional de su agrado, desarrolla ciertas habilidades que le permitan gestionar sus emociones.
Según Salovey, Gardner y Goleman debemos tener en cuenta 5 competencias a desarrollar:
- El conocimiento de las propias emociones. Es decir ser capaz de reconocer sus propios sentimientos a fin de conocerse uno mismo.
- La capacidad de controlar las emociones. Es decir la capacidad de elegir una respuesta que le permita seguir adelante pese a los contratiempos de la vida.
- La capacidad de motivarse a uno mismo. Aprender a sumergirse en un estado de flujo que, según Csikszentmihalyi, nos permite lograr resultados sobresalientes en cualquier área de nuestra vida.
- El reconocimiento de las emociones ajenas. Desarrollar habilidades como la empatia que nos permiten sinergizar con otras personas.
- El control de las relaciones. Desarrollar las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal.
Comenzaré explicándote una actividad que te permitirá ayudar a tu niño con el conocimiento de las propias emociones, llamada también:
LA CONSCIENCIA EMOCIONAL
Para el desarrollo de esta conciencia se debe:
1. Identificar las emociones que sentimos y saber la diferencia entre emoción, pensamiento y acción.
2. Comprender las causas y consecuencias de las emociones.
3. Evaluar la intensidad de las emociones.
4. Reconocer y utilizar el lenguaje de las emociones, tanto verbales como no verbales.
Actividad: El árbol de mis emociones
Puedes seguir las pautas que te sugiero a continuación, pero lo importante es que tú hagas la adaptación que creas conveniente teniendo en cuenta la edad de tus hijos.
El objetivo es que aprendan a reconocer las emociones, saber nombrarlas, reconocer los gestos y posturas del cuerpo asociadas a una emoción, tanto en uno mismo como en las demás personas.
Puedes comenzar con las emociones que tu hijo te sugiera: miedo, ira, felicidad, repugnancia, culpa, enfado, tristeza…
Desarrollo de la actividad
1. Elige un espacio donde puedas colgar una cartulina con el dibujo de un tronco de árbol.
2. Haz con la ayuda de tu hijo un collage de caras y gestos corporales relacionados con la emoción que has elegido trabajar. Este collage lo puedes hacer manualmente con recortes de revistas o imagénes de Internet.
3. Dialoga con tu hijo sobre la emoción que estáis trabajando y pregúntale qué tipo de cosas piensa una persona que siente cierta emoción. Por ejemplo, cuando uno se siente triste suele pensar frases como «que solo me siento» «nadie me quiere» «no me soportan», «todo me sale mal»etc. Dale tiempo para que sea tu hijo quien sugiera las frases (si ves que no le ilusiona poner frases a su collage, respeta su decisión).
4. Una vez hayáis acabado con las 6 emociones básicas, pide a tu niño que elija un color que pueda representar cada emoción. Por ejemplo: alegría = amarillo.
5. Explícale que el árbol dibujado en la cartulina servirá para pintar cada día el color de sus emociones.
6. Cada día, durante 21 dias, acompañale a pintar el árbol en el momento que tu consideres adecuado. Él deberá elegir el color en base a la emoción que siente en ese momento. Asegúrate y recuerda al niño que no se guie por el color (por si pone su color favorito) sino por el significado emocional que le habéis dado.
7. Poco a poco, deja que sea él mismo quien vaya a pintar su árbol emocional. Pon a su disposición el material necesario para que pueda hacerlo por sí mismo. Puede colorear su árbol con crayones, lápices de color, rotuladores, acuarelas…incluso pegatinas).
8. Cada 7 días observa junto a tu hijo los colores que predominan en su árbol y habla con él sobre los que prevalecen para que empiece a tomar consciencia de cuàles son las emociones que más experimenta. Y dependiendo de la edad del niño, hazle preguntas sobre lo que él considera que pueden ser las causas.
Seguiremos en los próximos posts con este tema.
Te animo a que lleves a la práctica esta actividad sencilla pero muy poderosa.
¡Me encantará saber si a tus hijos les gusta o no hacer esta actividad!
¡Hoy es un buen día para empezar!
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