Desde pequeña me gustan los deportes de equipo. Ser parte de un equipo en pos de un objetivo común me enseñaba a sacar fuerzas cuando hacía falta.
Hoy en día no puedo dedicarle el tiempo que dedicaba a deportes como el basquetbol o el voleibol, así que para volver a sentir que formo parte de un equipo el año pasado me apunté a una maratón de 11 Km. junto a mis hijas y mi marido.
Correr al lado de mis hijas fue una experiencia satisfactoria que además me hizo pensar en lo importante que es rodearte de personas que te animen a seguir adelante aunque quieras tirar la toalla.
En mi caso, por ejemplo, había decidido que acabaría la maratón aunque llegará la última. Cuando pensaba en el día de la carrera había momentos en los que me visualizaba corriendo sola pero decidida a acabar la carrera. Sabía que la acabaría aunque tuviera que caminar hacia la meta.
Con lo que no contaba, el día D, era encontrarme con gente amable que sin conocerme me miró a la cara, me sonrió y me animó a seguir adelante. En un momento dado hasta sentí una emoción que hace mucho tiempo no la experimentaba: algo así como fraternidad. Me sorprendió agradablemente ese acompañamiento de gente desconocida que me animaba, a mí que no me conocía de nada, y que parecía dispuesta a insuflarme energía para poder llegar a la meta.
Mientras corría los últimos kilómetros, ya recargada de energía, pensé en qué fácil sería si en nuestro día a día nos encontrásemos con ese tipo de personas. Aquellas que te alegran el día con una sonrisa, aquellas que te animan con un comentario porque son capaces de ver que necesitas que alguien te recuerde que tú vales, aquellas personas que te regalan un beso o un abrazo como señal de apoyo y confraternidad. ¿No seria tu día a día menos duro,más llevadero ?
Pensando en eso me di cuenta que nosotros tenemos la libertad de elegir a las personas y rodearnos de aquellas que nos dan energía, que nos transmiten paz, que nos hacen creer que este mundo va a mejor y por eso cada día hemos de poner nuestro mejor esfuerzo en aquello que estemos haciendo.
Porque al fin y al cabo nuestra personalidad, nuestros sueños, nuestra filosofía de vida están influenciadas en parte por aquellas personas con las cuales pasamos más tiempo. Entonces ¿Para qué seguir rodeada de personas que te influyen negativamente? ¿Porque no correr está única maratón llamada vida de la mano de personas que te ayudarán a llegar a la meta?
Deja una respuesta