El mundo está cambiando a una velocidad vertiginosa.
Lo que hoy es novedad, mañana quedará obsoleto. Quizás estoy exagerando un poco pero la cosa, más o menos, va así.
Si nos despistamos puede parecer que vamos siempre un paso por detrás de aquellos que marcan el camino. Aquellos que dirigen hacia dónde va el mundo. Aquellos que deciden que está de moda, tanto si hablamos de cómo educar a nuestros hijos como de qué estilo de vida es el que toca llevar.
Lejos están esos años donde casi nada parecía cambiar. El padre iba y volvía de ese puesto de trabajo en el cual llevaba casi toda la vida.
La madre se quedaba en casa cuidando y educando a los niños, y así una generación tras otra.
Con el tiempo ambos progenitores tuvieron que salir a trabajar y la educación de los niños se fue dejando en manos de otras personas.
Creo que muchas de las que somos madres ahora, hemos crecido con los mismos deseos copiados de nuestros padres: estudiar, conseguir un trabajo, casarse, comprarse una casa, tener hijos, jubilarse y vivir la vida. No siempre en el mismo orden.
Muchas de nosotras nos hemos creído ese cuento que termina en: «y tendrás un trabajo para toda la vida, te jubilarás y vivirás feliz».
Cómo dudar si nuestros abuelos y padres nos decían constantemente de que lo mejor que nos podía pasar era encontrar un trabajo para toda la vida y tener una casita en propiedad para vivir decentemente.
La casita, el trabajo seguro y la jubilación en el fondo representa el deseo de estabilidad, de vivir una vida sin sobresaltos, segura pero monótona y quizás para muchos aburrida.
En pos de esa seguridad muchas hemos sacrificado nuestro sueños y hemos llegado a trabajar por obligación, porque teníamos que pagar las facturas y no porque ese trabajo nos llenase profesional o personalmente.
Trabajar te dignifica pero hacerlo para alguien que no te permite expresar tu creatividad te deprime y te enfurece.
A mí me ha pasado, cuando he querido sugerir ideas ( también he decir que las he dado sin que me lo pidan) para mejorar mi trabajo y me han dicho que me limite a obedecer y a hacer lo que se me pide y punto.
La gran mayoría de los trabajadores de cualquier sector no están contentos con su trabajo. No disfrutan de su trabajo porque lo que hacen no va más allá de cumplir con sus tareas mediocremente y ya está, a casita después de trabajar. A llenar ese vacío de realización personal a como de lugar.
Para qué intentar aportar su visión, su creatividad si cuando lo ha intentado se ha topado con esos jefes que fulminan con la mirada y hacen que te olvides inmediatamente de sugerir algo.
Por eso, hoy en día , pocas personas mantienen su espíritu creativo y se arriesgan a aportar, a hacerse escuchar, a expresarse tal como son.
Incluso me atrevería a decir que hemos aceptado como una cualidad el ser obediente, hacer solo lo que nos mandan y callar.
Así nos evitamos problemas, nos evitamos asumir responsabilidades pero así también escondemos lo que somos y al hacerlo dejamos de vivir esta vida plenamente. Lamentablemente, el mundo también se pierde nuestra aportación.
¿Para qué te cuento todo esto?
Para que cambies el mensaje que transmites a tus hijos.
Deja de decirle a tu hijo que:
Luche por conseguir un trabajo seguro y aguante si se puede hasta que se jubile.
¿Por qué?
Porque se extinguió el trabajo seguro. O quizás puede que encuentre uno pero mal pagado y con unos horarios malísimos.
No creo que desees para tu hijo que viva una vida en la que él siempre salga perdiendo.
Aferrarse a esa idea, perseguir ese «sueño» solo le aportará a tu hijo, incluso a ti misma, decepciones y frustración.
Se acabó el trabajo para toda la vida.No sirve de nada seguir con el mismo argumento de conseguir un trabajo seguro para vivir seguro.
¿Seguro de qué?
¿ De que cualquier momento puedan echarte?
Pon atención a esto.
Por contrapartida, empieza una época en que se valorará más el alto nivel de empleabilidad de una persona.
Es decir, las empresas contratarán más a esa persona que reúna las cualidades necesarias para llevar a cabo distintas funciones laborales.
Una de la cualidades más valoradas será la creatividad.
Está claro que el mundo se tornará, cada vez, más automatizado y muchos empleos desaparecerán dando lugar a otros donde la creatividad será una cualidad necesaria y bien remunerada tanto si eres un trabajador como si quieres iniciar tu propia empresa.
Los trabajadores más solicitados ya no serán los que se limitan a obedecer ( para eso estarán las máquinas) y a hacer lo que se les manda sino serán aquellos que aporten su experiencia, su pasión y sobre todo su creatividad.
Prepara a tus hijos para el cambio de paradigma laboral.
Ayúdales a desarrollar su creatividad.
¿Qué opinas al respecto?
Me encantará saber tu opinión.
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