Hacer cosas que van en contra de tus valores te quita energía.
Me explico.
Algunas veces, empujadas por la fuerza de nuestro grupo (familia, amigos) hacemos cosas o nos comportamos de una manera que no somos.
Lo hacemos por agradar. Por no desentonar. Por no sentirnos solas. Para que se nos quiera más.
Hacer algo con lo que una persona No está de acuerdo produce un fenómeno psicológico que se conoce como Disonancia cognitiva.
Esto pasa porque entran en conflicto dos pensamientos que se contradicen entre sí o un pensamiento y una conducta son incoherentes.
Por ejemplo, una adolescente puede dejarse llevar por la presión de grupo y actuar de una manera que va en contra de sus creencias.
Por un lado, ella cree en que todas las personas merecen respeto y que burlarse de ellas no la hace mejor. Pero aún sabiendo eso sucumbe a la presión de su grupo de amigas que se divierten burlándose de otras personas.
A la larga ella sabe que no está haciendo bien y lo que al principio para ella representaba una «diversión» acaba siendo una vergüenza para sí misma por actuar como alguien que no es.
Se enfada consigo misma por no ser capaz de decir realmente lo que piensa: que no le gusta tratar mal a las demás personas.
Reducir esa disonancia y dejar de sentir esa tensión e incomodidad en el caso anterior tiene dos posibles soluciones.
Una, actuar siendo fiel a sus valores y ser ella misma rechazando cualquier tipo de actividad que tenga que ver con burlarse de otras personas para hacerle daño.
Dos, justificar su conducta. Excusarse a sí misma convenciéndose de que la otra persona se ha ganado a pulso que la traten mal porque es una mala persona.
Esta segunda opción si bien es una manera de reducir la tensión y «sentirse bien con una misma», es un autoengaño que en cualquier momento la afectará emocionalmente.
Es difícil que nuestros hijos se den cuenta por sí mismos que ir en contra de uno mismo puede causarles problemas de salud a nivel mental (tensión, nerviosismo, ansiedad…) y a nivel físico ( dolores de cabeza, de estómago, de espalda…), porque su mente y su cuerpo transforman su malestar psicológico (la disonancia cognitiva ) en un malestar físico.
Hay muchas cosas que nuestros hijos y nosotras mismas hacemos con el pretexto de ser modernas y no ser la típica familia chapada a la antigua sin tener en cuenta nuestros valores familiares.
Nos apuntamos a las modas sin pasar por ningún filtro.
La cuestión no es ser modernas o no, sino de darse cuenta y enseñar a nuestros hijos que las decisiones que toman a diario deben basarse en sus valores y comportarse en base a ellos.
Si para mí el respeto es un valor importante entonces no puedo permitirme faltar el respeto a otras personas porque voy en contra de mí misma.
Establecer unos valores que hagan de brújula en nuestro viaje por la vida es esencial.
En mi casa por ejemplo el respeto es una valor fundamental. Cuando tenemos discusiones nadie puede insultar, ni amenazar, ni levantar el tono de voz, ni burlarse.
Eso no quiere decir que no pase pero cuando pasa entre nosotros nos recordamos que el respeto es esencial para solucionar el problema.
¿Cuáles son tus valores familiares?
¿Cuáles son tus valores personales que honras cada día?
O, ¿Crees que actuar en base a lo que los demás esperan de ti te hará feliz?
¡Hasta la próxima!
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